Pérez. Todo indica que dejará a Avellaneda para volver a su
viejo club.
Por Nahuel Lanzillotta
El Rojo ofreció un plan de pagos que el jugador aceptó,
igual que el salario que le ofrecen los rosarinos.
Es una novela de mil capítulos, la que protagonizan
Independiente y Pablo Pérez. Con marchas y contramarchas. Con sentencias que
volaron con el caliente viento veraniego. Con afirmaciones contradictorias. Con
reuniones agitadas. Con acuerdos y desacuerdos. Y cuando parecía que finalmente
todo se encaminaba para su continuidad, la historia interminable tuvo un último
giro y ahora está a una firma de dejar Avellaneda para mudarse a Rosario.
“Se va”, sentencia un dirigente rojo. “Todo está alineado,
restan detalles”, avisan desde Newell’s, con un poco más de cautela. “Todavía
no está confirmado”, advierten desde el círculo íntimo del volante. Tres voces
con diferentes respuestas ante la misma pregunta de Clarín. Así de confusa
sigue siendo hasta último momento la situación del mediocampista.
La negociación para destrabar su salida pasó por varios
estadios. Las condiciones se cambiaron en reiteradas veces y nada puede darse
por sentado al cien por ciento hasta que la rescisión del contrato tenga la
firma estampada de Pérez. Eso iba a ocurrir ayer, pero surgieron nuevas
diferencias en la reunión de las partes realizada en la sede de Camioneros
durante el mediodía. Por la tarde, en otro encuentro, la cuestión comenzó a
tomar otro color, mucho más cercano a la rescisión.
Las idas y vueltas fueron principalmente por el método de
pago al futbolista, que para irse pidió asegurarse el cobro de lo que se le
adeuda de salario y premios más una parte del año y medio que todavía le resta
de contrato. Claro, en el Diablo no tenían toda esa importante suma junta y
ofrecieron un plan de cuotas.
Al mismo tiempo que negociaba su salida, el representante de
Pérez comenzó a buscarle nuevo club. Viajó a España, pero volvió con las manos
vacías. Y Newell’s volvió a demostrar su interés. Si bien le ofrece un sueldo
menor al que pretendía, Pablo Pérez terminó arreglando los números con el
conjunto rosarino y dando el okey a los pagos de Independiente, pese a que en
enero había declarado que se quería quedar...
¿Qué falta entonces? Que el mediocampista firme hoy su adiós,
si todo lo charlado en las últimas horas se refleja en los papeles. Si esto
pasa, automáticamente será oficializado en la Lepra, que había solicitado un
permiso especial para incorporarlo puesto que el libro de pases en el fútbol
argentino cerró el viernes pasado.
De este modo, la dirigencia comandada por Hugo Moyano
logrará su cometido de sacarse de encima al jugador luego de la irresponsable
expulsión ante Boca, más allá de haber pedido en AFA la semana pasada que
pudiera jugar el domingo contra Racing. Pérez disputó 35 partidos, hizo 4 goles
y recibió 17 amarillas y dos rojas con la camiseta del Diablo.
Fuente Olé


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