Por Ramiro Santinelli
Tras la caída en Mendoza, las críticas y discusiones se
basaron en dos cuestiones: la falta de refuerzos y los fallos arbitrales.
¿El mercado de pases fue satisfactorio? No, no lo fue.
Independiente no incorporó a ese jugador distinto que hace tiempo necesita. Se
reforzó con jugadores experimentados, en la mayoría de los casos, y eso siempre
es un arma de doble filo. Además, vendió a su mejor futbolista ofensivo y nadie
llegó para reemplazarlo.
¿Fue penal de Sánchez Miño? Desde mi humilde opinión vuelvo
a decir que no. Considero que Loustau se equivocó, aunque no puedo confirmarlo
porque la televisación no brindó una repetición que clarifique toda duda
posible. Y, de haber sido penal, todo futbolero sabe que pocas veces se
sancionan ese tipo de faltas en el área, lo cual a uno le hace ruido.
Ahora bien, los hinchas podemos hablar de esas cuestiones
todo el tiempo que deseemos. Pero el semestre es largo. El plantel que está no
cambiará de aquí a fin de año. Los arbitrajes que perjudicaron al Rojo en este
inicio de temporada pueden volver a presentarse a lo largo de lo que resta de
2017. Por eso, considero que el foco debe ser otro: el mal fútbol que está
teniendo Independiente.
Hay un bajón futbolístico y anímico tan importante como
preocupante. Ya no está ese equipo que podía jugar bien y ser vertical o suplir
el mal funcionamiento con intensidad y rapidez. No apareció ese Independiente
en los últimos encuentros. Ahora es predecible, impreciso y tímido. Todo le
cuesta más que antes y, para colmo, no hay jugadores que completen constantes y
destacables desempeños en ataque. Los mejores momentos del Rojo vienen de la
mano de buenos pasajes de algunos hombres pero son solo eso, pasajes.
Como si fuera poco, Independiente sigue peleado con los
goles. Sin brillar genera situaciones y le cuesta horrores poder meter la
pelota en el arco. Claro, al llegar y llegar, y no concretar, es normal que
haya un sentimiento de frustración, incluso el rival se envalentona ante tanta
ineficiencia. Tiros en los palos, malas definiciones, arqueros con actuaciones
espectaculares, un poco de todo. Encima, esa falta de efectividad se presenta
en ambos arcos. Es bastante menos lo necesario para lastimarlo que lo que el
Rojo necesita para golpear al contrincante. Un centro al área, un penal dudoso,
con eso le alcanzó a Godoy Cruz. Un lateral fue suficiente para Atlético
Tucumán. Lanús no se queda atrás, solo un contragolpe. No me quiero olvidar de
Olimpo, que tan solo con un pelotazo de 40 metros llegó al tanto del empate
hace unas fechas.
Definir cuál es la causa de esta meseta deportiva es
complicado. Puede deberse a una merma individual que se esparce a lo colectivo
o viceversa. También puede pasar por la rotación que se vino haciendo. ¿Quién
sabe?
De todas formas, no me parece que es el momento de ser
autodestructivos y perder la cabeza. El próximo domingo habrá otra oportunidad
de remontar este feo presente. Lo importante, hoy por hoy, creo que es utilizar
esta seguidilla de Superliga para mejorar desde lo futbolístico, conseguir resultados
que aumenten la confianza del equipo y llegar de la mejor manera al cruce ante
Nacional por Copa Sudamericana, que sin dudas es el objetivo principal de Holan
y sus muchachos.
Fuente De la Cuna al Infierno
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