La impericia abajo del arco se ha transformado en el gran
problema del conjunto de Ariel Holan, desde que regresó el fútbol en julio. En
los últimos tres cotejos sólo metió un tanto.
Que a Independiente le falta gol es una obviedad. El Rojo no
atraviesa su mejor momento futbolístico, pero así y todo le alcanza para
generar muchas más situaciones que sus rivales y merecer más puntos de los que
tiene; pero los partidos se ganan con goles y en el equipo de Ariel Holan no
abundan.
Desde que volvió el fútbol en julio, Independiente disputó 9
encuentros y convirtió 13 tantos; 7 de ellos en dos partidos (4 a Deportes
Iquique por la Copa Sudamericana y 3 a Huracán por la Superliga). Los otros 6
gritos se distribuyeron en 4 encuentros (La vuelta ante Iquique, dos duelos
contra Atlético Tucumán y frente a Olimpo). En tres ocasiones no convirtió:
Lanús, Godoy Cruz y la ida de la Sudamericana en Tucumán.
El gran déficit está en la distribución de los goles dentro
del plantel. En este período Leandro Fernández metió 4, Martín Benítez 3 y
Maximiliano Meza 2. El resto del equipo tiene un promedio bajísimo y un aporte
nulo bajo los tres palos. Lucas Albertengo y Ezequiel Barco metieron uno cada
uno. El único defensor que convirtió fue Alan Franco y en la mitad de la
cancha, Nery Domínguez; el resto, nada.
El Rey de Copas debe mandarla a guardar cada vez que puede
para recuperar la confianza en el campo de juego y el envión que demostró pocos
meses atrás. Reemplazar a Emiliano Rigoni ya ni debería plantearse, pero sí
preguntarse a diario por cuánto se lo vendió.
Fuente Infierno Rojo
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