Amorebieta dejó España para ser un caudillo en el Rojo.
Parece un equipo de Bielsa, dice.
Amorebieta.
Por Favio Verona
-¿Sabías que en Internet buscás tu nombre y lo primero que
aparece son imágenes de patadas a distintas figuras?
Fernando Amorebieta escucha la pregunta y se ríe. “Se creó
esa fama, pero no es tan así. Yo sólo juego con todo”, dice.
-Seamos sinceros: un poco te gusta repartir leña, ¿no?
-A veces es mejor dar primero a que el rival esté cómodo. Me
gusta marcar el territorio. En ocasiones hay que hacerlo.
-¿Lo hacés para imponer el rigor?
-Pues al final, si el rival está cómodo va a jugar a gusto,
te va a encarar alegre y lo va a hacer todas las veces que pueda. En algunos
momentos es necesario ir fuerte.
-¿Tu fama te perjudica? Los árbitros deben salir con un
preconcepto.
-Uno convive con ello, pero debo estar por encima de lo que
se dice. Es cierto que voy al máximo, pero nunca con mala intención.
-¿Qué te impulsó a dejar España?
-El llamado de Holan. Él conoce toda mi carrera y eso me
sorprendió. Apenas lo escuché no tardé en tomar la decisión.
-¿Qué te dijo tu familia?
-Al principio fue chocante. No es normal, lo que hice no
suele suceder. Lo hablé con mi esposa y con mis hijas, Olivia y Carlota. Ellas
están acostumbradas a mudarse.
-¿Qué sabías del fútbol argentino?
-Es cierto que aquí todo es diferente. Pero al haber tenido
un técnico argentino como el Loco Bielsa, conozco la idiosincrasia de este
país. Aquí, a diferencia de lo que sucede allá, los fanáticos viven para el
fútbol.
-¿A qué viniste?
-A vivir una nueva experiencia y luchar para ganar un
título. Este equipo está a la altura de poder conseguirlo.
-¿Holan quiere que seas líder?
-No sé si líder, pero sí creo que debo ayudar a los más
jóvenes. Ése es mi cometido, transmitirles mi experiencia.
-¿Allá se considera que esta es una liga de segundo orden?
-Para nada. Es una liga que gusta y mucho. Es cierto que,
por el cambio de horario, allá se hace difícil ver un partido del fútbol
argentino. Pero se la considera una liga importante porque son muchos los
futbolistas de acá que llegan a Europa. Y los precios que se pagan son muy
altos.
-¿Qué tan lejos creés que estamos del fútbol europeo?
-El fútbol allá es más ordenado y hay gente con más
experiencia. Acá está lleno de jóvenes y se nota que todos tienen lo mismo en
la cabeza: llegar a Europa.
-¿Estamos a años luz de Europa en cuanto a cuestiones
organizativas?
-No, porque Argentina aporta muchos jugadores de calidad y
en el aspecto deportivo este fútbol es competente. Pero la liga debería dar un
vuelco en lo económico: no es serio que algunos equipos no les puedan hacer
frente a los pagos.
-¿Para jugar cuál es más difícil?
-No sé si uno es más difícil que otro. Sí advierto que voy a
tener que atravesar un período de adaptación, tal como los argentinos deben
hacerlo cuando emigran a Europa. No es fácil, lo voy llevando de a poco. Sé que
aún no estoy en mi nivel. Lo que me gusta es que acá se va más fuerte, se
penaliza menos, se juega con ganas.
-¿Con qué te encontraste en el Rojo?
-Independiente parece un equipo de Bielsa. Con Marcelo, en
Bilbao, siempre intentábamos salir jugando, tirar balones largos estaba prohibido.
También variábamos el esquema en función del rival e incluso cambiábamos el
sistema durante los partidos. Holan tiene una propuesta similar: de hacer
circular la pelota para ir madurando las jugadas. Una idea de equipo ganador.
-Mencionaste a Bielsa. ¿Cómo fue la experiencia de tenerlo?
-Ufff, es muy exigente. No permite que te relajes ni un
segundo. Es un técnico que logra que sus jugadores crezcan mucho en poco
tiempo, te aporta capacidad de análisis. Con él llegamos a jugar dos finales en
2012: una ante Barcelona, por Copa del Rey (0-3), y otra contra Atlético
Madrid, en la Europa League (0-3). Nos enseñó a plantarles cara a equipos
grandes. El tema es que es difícil convivir con el Loco.
-¿Les aportó mentalidad ganadora?
-Sí, lamentablemente en las finales no estuvimos al mismo
nivel que en el resto de la competencia. Y eso te deja marcado. Pero siempre
jugábamos para ganar. No le teníamos miedo a nadie. En eso, ese equipo se
parecía a Independiente.
-Sostenés que es difícil convivir con Bielsa. ¿Su obsesión
satura?
-Sí, es difícil estar con él por mucho tiempo. Es demasiado
intenso y muy complicado de llevar cuando las cosas no van bien.
-¿Está bien puesto el apodo de Loco?
-Sí, la verdad que sí, ja. En las prácticas, cuando algún
ejercicio no sale, se ve.
Fuente Olé
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