No lo baja nadie

Independiente no jugaba bien pero aprovechó un momento de desconcierto de Patronato y metió el 2-1 que lo mete entre los de arriba. Tercera victoria seguida y el sueño de pelear el torneo más vivo que nunca.

Ya no importa si juega lindo, si se luce, si logra plasmar por completo la idea del técnico. Independiente gana. Van tres victorias seguidas, nueve puntos de nueve en juego, un segundo puesto (al menos hasta que se complete la fecha) que le permite ilusionarse. No fue su gran partido el 2-1 ante Patronato, esta vez jugando de local, así como tampoco lo había sido con Colón y Banfield.

Pero logra el objetivo.

Esta vez, la inteligencia del Rojo residió en aprovechar un momento de desconcierto cuando la estaba pasando mal. Y plasmarlo en la red.

Patronato se le plantó bien en su casa y lo complicó. Y cuando el local no lograba afinar la puntería y llegaba sin profundidad, Carrasco pegó primero para poner el 1-0. Era justo, porque en realidad ninguno había hecho mucho más que el otro, el partido estaba para quien tuviera la suerte de romper el cero.

Hasta que llegó ese minuto fatal para los de Paraná: falta en el área de Andrade a Denis (un codazo al girar, con un movimiento desmedido), doble amarilla para el defensor (había sido amonestado en un tiro libre a favor del Rojo) y penal que el mismo Tanque convirtió, cuando el primer tiempo estaba en su minuto adicionado.

Pese al empate y a que su rival jugaba con uno menos (y sin su DT en el banco, ya que Forestello fue expulsado por protestar en el penal), Independiente siguió sin hacerse dueño del partido.

Manejó mejor la pelota, es verdad, pero no inquietaba a Bértoli. Hasta que otra vez Patronato se desconcentró: un intercambio entre el ayudante de Forestello, un cambio que tardó en realizarse, el desconcierto de los jugadores, justo antes del corner que pateó Rigoni, bajó Denis de cabeza y Cuesta convirtió.

Un 2-1 que termina estando bien por la inteligencia del Rojo para saber aprovecharlo. Y subirse al torneo.

Fuente Olé