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domingo, 20 de marzo de 2016

Sí, paz y Cebolla




Rodríguez jugó luego de los bufidos por la deuda de su pase: iba a ir de titular, pero fue al banco por una sobrecarga. Ingresó y cumplió.



Cebolla Rodríguez entró en el segundo tiempo. Ahora Tabárez lo espera para la Celeste. (Marcelo Carroll)



Cambia la ecuación. Hace que la equis valga diez, resolviendo jugadas con talento, solvencia, inteligencia y velocidad. Sus números, esta semana, fueron tema de conversación en Independiente. Su bufido por la deuda de la dirigencia para con él (no le habían pagado la primera cuota de su cláusula de rescisión con el Atlético de Madrid; la CD lo resolvió) había levantado polvareda en la mitad roja de Avellaneda. Luego llegaría su aclaración. Y, anoche, luego de una semana complicada por la polémica, sus posteriores disculpas y una sobrecarga en un gemelo que le impidió ser titular (consideraron que no tenía que arriesgarlo y en su lugar arrancó Denis), tuvo acción y cumplió.



Cebolla le dio a Independiente otro ritmo, otra dinámica, la que esperaban los hinchas. Le tocó saltar al campo de juego recién en el segundo tiempo, intercambió pases con Vera y Denis, buscó cambios de ritmo y filtró pases profundos para generar situaciones frente al arco de Bértoli. Ahora, su objetivo será ganar continuidad y mantenerse cerca de la acción y lejos del consultorio.



Cebolla tiene historia clínica en Independiente. Desde su llegada pasó siete veces por el consultorio del doctor Charadía. Su primer turno fue el 21/8/15: le diagnosticaron una sobrecarga y no pudo jugar ante San Martín de San Juan. Nueve días después su cuadro se agravó: sufrió un desgarro en el muslo derecho en pleno partido ante Estudiantes, una lesión que lo dejó afuera de las canchas durante 21 días. Volvió, y jugó seis partidos, pero lo que no sintió vistiendo la camiseta roja lo sufrió con la Celeste: el 8/10, en un partido de Eliminatorias ante Bolivia, en La Paz, terminó con una distensión en el aductor de la misma pierna que se había desgarrado antes. Y el 29/10 se resintió.



A fines de noviembre, el Cebolla ya estaba ganando ritmo cuando sufrió una distensión en el sóleo de la pierna izquierda mientras disputaba el clásico ante Racing. Fue su última aparición hasta el 2016. ¿Si el chinchín de fin de año hizo que la mala fortuna con las lesiones se cortara? Para nada: el 7/2, jugando contra Belgrano, sintió un pinchazo (desgarro y tres semanas de baja) y justo en la previa de este partido, cuando iba a ser titular como ante Banfield, tuvo una sobrecarga. Lo cuidaron. Entró. Y funcionó. Y hubo paz y Cebolla...




Fuente Olé

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