El Rojo no tiene juego, pero aprovechó la pegada de sus
players en los balones detenidos y resurgió con tres triunfos al hilo al meter
cinco goles por esta vía.
Rigoni y Rodrigo Gómez son los dos que mejor le pegan de
Independiente.
Por Beto Tisinovich
Independiente a lo largo de su historia se caracterizó por
tener jugadores de buen pie.
Bochini es su máxima expresión, pero también hay
que hablar de futbolistas con un gran remate como Pavoni, Bertoni, Trossero y,
en el último tiempo, Mancuello. El tiempo pasa y las cosas cambian.
En el Rojo
antes sobraban los 10 clásicos, o enganches ahora, y en el presente casi que en
su plantel no tiene alguien de ese perfil para que cree fútbol.
Todo es
vertiginoso y, por ende, sin pausa. Nadie para la pelota y al equipo de
Pellegrino le cuesta generar situaciones de gol.
Si bien el semestre pasado se la rebuscó con grandes
apariciones de Méndez o el empuje de Cebolla Rodríguez, pero hoy en día ambos
están apagados.
Sin embargo, el Rojo encontró la receta para tener una gran
variante frente al arco rival: la pelota parada. Con la llegada de Emiliano
Rigoni y el regreso de Rodrigo Gómez, tiene dos players de fina pegada. Es más,
el ex volante de Belgrano es ambidiestro y hace de su tiro una diferencia
importante.
Y los números dicen que de los pocos 12 goles del CAI en el torneo,
cinco llegaron de la ejecución de una pelota detenida. Todos fueron convertidos
en los tres triunfos en fila que lo dejaron a dos puntos de los líderes,
Central y Godoy Cruz. Ahí el Diablo derrotó 4-1 a Colón, 3-1 a Banfield y 2-1 a
Patronato.
Vaya paradoja, la serie de goles a balón detenido arrancó
con uno en contra. Fue ante el Sabalero, ya con el resultado 1-0, cuando Droopy
lanzó desde la izquierda un corner que iba a la cabeza de Denis, pero Benegas
se llevó la pelota por delante y batió a Broun.
Después, la testa de Cuesta
puso el 3-1. A la fecha siguiente, el Rojo la pasaba mal con el Taladro, hasta
que Vera se anticipó a Matheu y vulneró a HiIario Navarro para el 2-1 y
encaminar el 3-1 final.
Mientras que contra los de Paraná, Andrade hizo un
penal tonto al agarrar al ex Atalanta, y el 19 facturó. Luego, y sin ninguna
luz en el juego, el ingresado Rigoni dio un saque de esquina a la cabeza de
Denis y Cuesta puso también la suya para el 2-1.
Así, se prendió en el
campeonato con las pelotas paradas.
Fuente Olé
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