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Por Beto Tisinovich
Se sacó un empate en una provincia que nos es esquiva desde
siempre. Y, la verdad, que es casi lo único rescatable. Estos nueve cambios que
metió Pellegrino, post derrota y eliminación de la Copa Argentina contra Lanús,
fueron demasiados. La prueba más clara es que en cancha terminaron varios
jugadores que hacía rato no completaban los 90 minutos: los cuatro de la
defensa, más Bellocq y ni que hablar de Trejo. Si a eso le agregamos que los
tres reemplazados tampoco tenían mucha continuidad, podemos decir que se hizo
lo que se pudo. Algunos dieron la prueba y se posicionaron para ser titulares,
como el caso de Victorino. Es que el uruguayo puede tener errores como
cualquiera, pero le sobra jerarquía y es importante en el juego aéreo. Después
alguna que otra corrida de Pereyra Díaz y paremos de contar. Poco, muy poco, y
lo que se apreció con creces es que con la sola presencia de Vera y Benítez el
rival empezó a dudar cuando parecía que el partido no se le podía escapar. Por
eso pienso que si hubiesen actuado más titulares se podrían haber cosechado dos
puntitos más. Porque a esta altura del torneo no estamos para seguir haciendo
regalos, ya que hicimos bastantes en la primera parte del año con el DT
saliente. Hablando de eso, en el PT, el conjunto se pareció muchísimo al del
último tiempo de Almirón. Tenencia de pelota, pasecitos al arquero (se complicó
en dos groseramente) y casi nada de creación. Después, con empuje y las
variantes, se pudo llegar a una justa parda. El penal de Trejo a Ledesma fue
tan clarísimo como innecesario. Se felicita a Pitana por haber mejorado su
vista, ya que desde una ubicación similar, ignoró en el 2012 una mano en el
área de González Pirez jugando para River. Ya está y debemos empezar a
prepararnos bien para lo que viene. Arsenal es la próxima parada y no se admite
ninguna mancada.
Fuente Olé
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