Por Cristian Fernández
Independiente igualó 1 a 1 en el Gigante de Arroyito gracias
a un golazo de Emanuel Aguilera y una gran actuación del Ruso Rodríguez. El
equipo no jugó a nada, mereció caer y casi lo gana en la última. Aquino rompió
el travesaño.
La primera media hora de juego en el Gigante de Arroyito fue
para el local. Independiente no hacía pie en ningún aspecto. Más allá de cierta
solidez de Víctor Cuesta, del sacrificio y despliegue Lucas Albertengo y de
algunas tapadas claves de Diego Rodríguez, el resto sufrió cada vez que Rosario
Central intentó algo con la pelota.
Así fue que el local contó con las mejores opciones. Cervi,
Ruben y Delgado hicieron lo que quisieron, menos el gol. A Central le faltó
contundencia y lo terminó sufriendo en su propio arco. Es que a los 37 minutos
de juego, el mejor del Rojo, Albertengo, robó una pelota recibió una falta y el
tiro libre de riesgo lo asumió Emanuel Aguilera. El defensor devenido volante
la clavó en un ángulo y abrió el marcador.
Sí, casi sin buscarlo y sin tener ideas Independiente se
ponía al frente en el marcador. Enfrente, el local hizo todo para lograrlo,
pero le faltó el último toque. Es que desnudó muchas falencias en el visitante.
En el mediocampo se jugó sin peaje al igual que en la zona derecha de la
defensa del equipo de Berón.
Con esas facilidades, Rosario contó con tres chances claves.
Un remate que salvó el Ruso, luego un cabezazo poco direccionado de Marco Ruben
que también cayó en las manos del uno del Rojo y otra del goleador del Canalla
que eludió al arquero y al rematar perdió con Emiliano Papa que desvió al tiro
de esquina casi sobre la línea.
Tras el gol del Rojo, el local se puso nervioso y perdió el
rumbo hasta el final de la etapa inicial. Algo que recuperó al instante del
inicio del complemento. Comenzó a bombardear el arco de Independiente y a cada
paso fundamentaba, por lo menos, el empate.
Las opciones de gol se multiplicaban para Rosario. El Rojo,
en contrapartida, no hacía nada. Mejor dicho, sólo defendía como podía. Por
momentos era horrible el funcionamiento del equipo cuando tenía la pelota y por
momentos era peor.
Por eso, el empate se veía venir. El gol de Franco Niell fue
una decantación propia del fútbol. Iban 26 minutos del complemento y Marco
Ruben se metió en el área, metió un centro rasante y Niell de taco convirtió
para la igualdad final.
Tras el gol del empate, Central bajó la intensidad y el que
intentó atacar fue Independiente. Ideas no tenía, pero el ingreso de Claudio
Aquino y Martín Benítez le dieron variantes. Así fue que Aquino primero probó
de afuera y se fue arriba y en la segunda que tuvo rompió el travesaño. Central
también pudo haberlo ganado en el final, pero todo terminó en empate.
Independiente deberá mejorar todo. Lo hecho en este último
tramo del certamen fue claramente en caída. Habrá que trabajar mucho. Habrá que
trabajar en serio.
Fuente Infierno Rojo

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