La falta de contundencia es la mayor preocupación del
plantel y de Martino; los futbolistas argentinos habían marcado 200 goles en la
temporada de clubes, pero en Chile sólo convirtieron cuatro
Por Tomás Bence
Ospina ahoga el festejo de la Pulga Messi. Foto: Reuters
VIÑA DEL MAR, Chile (De un enviado especial).- A lo largo
del camino que fue transitando la selección argentina en esta Copa América, dos
grandes preocupaciones manifestaron públicamente Gerardo Martino y los
jugadores: la caída física y de rendimiento que sucedía en los últimos minutos
y la poca efectividad a la hora de concretar la gran cantidad de situaciones
generada en el arco rival. Tras el partido que ante Colombia, el cuerpo técnico
entiende que ese primer punto se solucionó, pero al segundo aún no le
encuentran explicación.
Para los micrófonos, tanto el entrenador como los jugadores
manifiestan esta falencia. "Es terrible lo que me cuesta hacer un gol con
la selección", declaró nada menos que Lionel Messi luego del triunfo en
cuartos de final, una frase que retumbó, y fuerte. Puertas adentro, es un tema
que preocupa. Reconocen que las chances se crean, que se llega y con peligro al
arco rival, pero no se pueden concretar. El último partido fue evidente: cinco
o seis oportunidades claras tuvo el equipo nacional, pero entre Ospina y la
fortuna de los palos, no logró quebrar el cero del conjunto de José Pekerman,
que se fue como el menos goleado del campeonato, con apenas un tanto en contra.
Messi se lamenta.
Foto: AFP
Sólo cuatro goles convirtió la Argentina, un número bajo y
llamativo para un plantel cargado de grandes figuras y goleadores. Entre los 23
jugadores que integran el plantel, la temporada pasada sumaron 200 festejos.
Eso sí: Lionel Messi hizo 58 con Barcelona. Entre él, Sergio Agüero, Angel Di
María, Carlos Tevez y Gonzalo Higuaín, los cinco delanteros que jugaron en la
Copa América -el Pocho Lavezzi jugó sólo unos minutos-, marcaron 155. Sin
embargo en estos cuatro partidos apenas pudieron hacer dos el Kun, uno la Pulga
y otro el Pipa.
Messi es el jugador argentino que más patea al arco, pero
lleva sólo un festejo: ante Paraguay, en la primera fecha de la Copa América,
de penal. Según las estadísticas, en los cuatro partidos que pasaron, probó 20
veces el arco rival, cuatro más que Alexis Sánchez, quien le sigue. Aquella
frase que dejó la Pulga fue un descargo. Aunque tiene 46 goles en 101 partidos,
un promedio de casi un tanto cada dos encuentros. Sus números en Barcelona son
impresionantes: 412 en 482.
Curiosamente, de los cuatro equipos que llegaron a la
semifinal de la Copa América, la Argentina es el que menos goles ha marcado.
Chile, con 11, es el máximo goleador del torneo. Su rival será Perú, que metió
cinco, tres de ellos en un solo partido. Los mismos cinco goles tiene la Paraguay
de Ramón Díaz, que convirtió en todos los partidos del torneo. Lo mismo hizo el
equipo de Sampaoli.
En cada entrenamiento que puede, Gerardo Martino busca
trabajar esa falta de gol. Suele realizar ejercicios de definición, varios y
por mucho tiempo, para que la selección logre suplir esa falencia. Contra
Paraguay, en cuartos de final, será una buena oportunidad para recuperar esos
gritos de gol ahogados que tiene la Argentina. Delanteros de la talla de Messi
y compañía pueden despertar en cualquier momento. La definición del torneo
continental y la pesada carga que arrastra esta generación, que aún no pudo
festejar un título, son argumentos suficientes para empezar a romper redes. El
martes, contra la selección de Ramón Díaz, tendrán su revancha.
Fuente Cancha Llena
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