Por Beto Tisinovich
El cierre del torneo tiró a la cancha todas las cosas
vividas en este primer tramo del 2015. A la luz saltó lo mal conformado del
plantel. Increíble que haya que improvisar con Aguilera y Tagliafico en la
mitad de la cancha, que Vitale juegue como volante por derecha, mientras
Graciani quedó afuera del banco de suplentes. Inconcebible por donde se lo
mire. Sé que Fernando Berón priorizó en estos dos partidos no perder para, por
lo menos, sumar y que el próximo proceso no esté tan flaco en números. Ojo, si
bien sacó cuatro unidades sobre seis, lo poco que se sacó con Almirón se ve en
la tabla. Del partido contra el Canalla sólo queda como positivo otra gran
actuación del Ruso Rodríguez (clave en todo el partido), las ganas de
Albertengo y que la suerte volvió a jugar para nosotros. Es que es inexplicable
como los de Coudet no ganaron, en especial por lo hecho en el primer tiempo.
Superó a un Rojo sin contención ni juego. Toques, circulación, presión,
desmarque y búsqueda permanente del arco contrario. Así me gustaría ver al
Rojo, aunque con más eficacia frente al arco. El golazo de Aguilera tampoco
cambió la cosas. Si bien el local bajó la intensidad, no tener la pelota en
estos tiempos siempre le da la chance al rival de que te haga daño. Por eso
creo que la entrada de Aquino debió ser antes para tener más pausa. Ya está, se
terminó esta primera parte en la que todos pensamos que íbamos a estar peleando
el torneo. La llegada de Pellegrino debería revitalizar los ánimos y hay que
apoyarlo desde el vamos por el bien de Independiente. Es un DT al que le gusta
jugar bien y la clave estará en convencer y enseñarles a algunos de nuestros
muchachos conceptos tácticos, para no cometer tantos errores groseros. Además,
se necesitan cinco players de jerarquía para tener aspiraciones mayores.
Fuente Olé

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