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jueves, 2 de abril de 2015

Orgullo Nacional




En octubre del año pasado los integrantes de la peña habían sido homenajeados en el estadio.

Por FABIAN RODRIGUEZ y FAVIO VERONA

A 33 años del comienzo de la guerra de Malvinas, Olé juntó a los integrantes de una peña formada por ex combatientes. Llevarán una placa del club a las Islas.
Los une un pasado signado por el dolor, las huellas indelebles del calvario, la ambición de dejarlo atrás sin caer en el olvido, lazos montados sobre cimientos tan sólidos como los que sólo pueden forjarse en el tormento.
Los une, también, Independiente.
El Rojo oficializó la fundación de su peña 268. La particularidad es que sus 13 integrantes fueron combatientes de Malvinas, oriundos de distintas provincias que actualmente residen en Avellaneda y que desde hace 18 años se juntan a diario en un ámbito de esparcimiento, reflexión y recreación.
“Decidimos arrancar con la peña porque estar juntos y hablar de fútbol siempre fue nuestra mejor terapia. Hemos logrado dar vuelta la página, pero hay cerca de 500 personas que no pudieron y se suicidaron. Además, somos fanáticos del Rojo”, cuenta el presidente de la entidad, Juan Carlos Olivero.
“Con el tiempo los únicos amigos que te van quedando son los ex combatientes. Las otras amistades se van perdiendo, pero lo que nos une a nosotros es muy fuerte y difícil de romper”, relata Oscar Montero, sobreviviente al hundimiento del Crucero General Belgrano, que causó 323 de las 649 muertes del lado argentino.

Desde hace 13 años, las personas que componen la agrupación compiten en las Olimpiadas para Veteranos de Guerra, donde tienen un equipo de fútbol. En 2014, el club les entregó indumentaria, fueron subcampeones del torneo que se disputó en Termas de Río Hondo y la dirigencia les abrió las puertas del estadio para que desfilaran por el campo de juego en la previa al partido frente a Tigre. En octubre volverán a participar en Carlos Paz.
“Cuando volvimos a Buenos Aires después de la guerra sentimos que nos rechazaban. La dictadura quiso escondernos. Nosotros nunca habíamos tenido un reconocimiento masivo y cuando entramos a la cancha la gente nos ovacionó. Fue como una revancha”, describe Osvaldo Franchignoni. No hace falta escudriñar mucho para descubrir las historias que esconde cada uno de los integrantes de la peña. Desde tener que robar ovejas para comer y combatir el hambre, fumar yerba mate porque allá un cigarrillo “valía oro”, escuchar los partidos del Mundial de España mientras caían las bombas o eludir la muerte por centímetros.
“Hace poco me encontré con la hija de un compañero que falleció allá y me preguntó cómo era su papá”, cuenta el vicepresidente de la agrupación, Jorge Memare.
“Hay un compañero que se reprochó toda la vida haber pensado ‘que suerte que no me pegó a mí’ cuando le dispararon al soldado que tenía al lado”, relata.
“En los momentos de tregua nos despejábamos jugando al fútbol con una pelota de trapo en la cubierta de un portaaviones”, rememora Luis Montenegro. El sábado, antes del partido frente a Gimnasia, el club les entregará una placa y habrá un reconocimiento. Además se pasará un video en la pantalla del estadio.
“Vamos a llevar la placa al cementerio de Darwin, que está en las Malvinas. Ninguno de nosotros volvió a pisar las Islas después de la guerra y va a ser duro tener que entrar con pasaporte como si fuéramos a otro país, pero sentimos la necesidad de ir para cerrar el círculo de una vez por todas”, concluyó Olivero.


Fuente Olé

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