Por Luis Stocik; "DIARIO POPULAR".
La gente copó el Libertadores para vivir una
fiesta ante el humilde Sarmiento, pero el planteo de Almirón -sumado a lo mal
que jugó el equipo- sólo dio para un empate agónico y el DT se fue insultado.
No hay reconciliación que valga. Jorge Almirón está
destinado a ser campeón o irse desterrado de Independiente. Es que la relación
se rompió hace muchos meses atrás e incluso podría sostenerse que nunca hubo
relación. Almirón nunca le cayó bien al hincha del Rojo y pese a que se confesó
hincha del club nunca le perdonaron ni el más mínimo error. Y sabiendo de
semejante situación el técnico se encargó de redoblar la apuesta y se cargó al
Rolfi Montenegro para buscar una nueva manera de jugar. Fue el momento en donde
se puso el revólver en la sien e hizo girar el cargador.
Un Diablo que vive su propio infierno
Almirón no representa al hincha y ayer se lo volvió a hacer
notar. Insultos y silbidos pese al empate sobre la hora. Todos para el
entrenador que cruzó toda la cancha como quien recorre su Vía Crucis. Y en el
camino el único que se interesó por su estado fue el periodista de la
televisión quien lo consultó por la reacción de la gente y apenas le soltó un
"no pasa nada con los insultos, vamos a andar bien".
Pero la respuesta fue para salir del paso, ni él se la cree.
Y el entrenador es el primero que sabe con qué reglas deberá jugar y que los
resultados serán los que le marcarán el camino; al éxito o el de salida. Ayer
dilapidó una linda oportunidad para, al menos, comenzar a ganar popularidad
entre la gente del Rojo. La misma que hizo cuatro horas de cola para conseguir
un bono, la misma que apoya y apoya y que pensó que con el arranque ganar ante
Newell's iba a alcanzar para vencer de local a un modesto equipo de Sarmiento.
"No quiero que los jugadores sientan presión, me
gustaría que la gente los aplaudiera. A mi la tranquilidad no me la quita
nadie. No me molestan los silbidos. Si supiera que estoy perjudicando a alguien
seria el primero en irme" se encargó de deslizar en la conferencia de
prensa con su cara de póker más pensando en irse que en ofrecer más respuestas
al respecto. Pero la dejó picando "van dos fechas y tenemos cuatro puntos,
tampoco es que estamos peleando el descenso".
Sin lugar a dudas que el papelón fue salvado a tiempo con el
gol agónico. La gente del Rojo ya estaba insultando al entrenador cuando
Sarmiento se puso en ventaja por lo que la conquista de Pisano sobre la hora
ayudó a aquietar los ánimos. pero solo por unos minutos porque ni bien terminó
el partido fue el blanco de insultos, silbidos y demás castigos posibles.
De todos modos en su análisis no ocultó que el equipo jugó
mal y que se deberá mejorar mucho para retomar la senda del triunfo cuando en
la próxima fecha se mida ante Quilmes. "Es positivo el empate por cómo se
dio el partido. Pero si el equipo quiere ser protagonizar tiene que mostrar
otra cara. Teníamos que tener paciencia y había que elegir bien el pase porque
retroceso era largo. Faltó desequilibrio de tres cuartos en adelante. Fue un
partido difícil porque se complica cuando se te cierran atrás" remarcó.
Eso si, el entrenador deberá estar más fino a la hora de los
planteos. Ayer Papa y Tagliafico (dos tres por izquierda) complicaron y se
amontonaron. El Rojo no prosperó y eso se vio en quince minutos. El demoró el
cambio por caprichoso. La gente se lo hizo notar. Una vez más cometió errores
que un DT de equipo grande no debe cometer. Ahora se jugará la tranquilidad en
Quilmes porque un mal resultado lo va a dejar en llamas, como ya lo saben
todos.
Fuente Diario Popular
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