Por Rubén Iglesias
Gabriel Milito dirigirá el sábado su último partido a cargo
de la Reserva.
Hoy se juntó con Pablo Moyano, quien no pudo hacer nada para que
el “Mariscal” reconsidere su decisión.
Esto va a traer cola y hay enojo con
varios miembros de comisión directiva.
Ayer por la noche la noticia estremeció al mundo rojo.
Es
que Milito cumplía una función mucho más importante que entrenador. Intentó
formar un grupo de trabajo intercomunicado desde las categorías formativas
hasta la inserción de jugadores en el primer equipo.
Desde que llegó, varios dirigentes comenzaron a poner
objeciones al trabajo de Gabriel. Si no era por los resultados, era porque no
quería profesionales en el equipo pero siempre tenía algo malo lo que hacía.
Por eso, dirigentes como Noray, pensaban en otros nombres para la coordinación
del fútbol amateur.
Milito soportaba, confiando en su labor, pero también se
cuestionaba el trabajo de Santiago Rodríguez y de Miguel Gomis.
Como si fuera
poco, estos dos hombres encargados de las Inferiores y de las Infantiles
tendrían que haber firmado su contrato ayer, jueves, cuando fueron citados pero
el contrato no estaba.
Otra gota más a un vaso que estaba a nada de rebalsar.
Por último y conocido por todos explotó la cuestión de
Mauricio y Gastón del Castillo. Los hermanos del Kun que dejaron de ir a
entrenar por decisión de Leonel del Castillo, padre de los juveniles y 3er
vocal de esta Comisión.
Leo estaba muy disgustado con Milito y consideraba que ponía jugadores de su
representante, en desmedro de Gastón, que estaba en el equipo de Reserva y fue
“bajado” a su categoría.
Había proyectos futbolísticos, ya se pensaba en la
continuidad de un proceso. Nuevos técnicos para las inferiores, como Guillermo
“Luli” Ríos, Lucas Pusineri, Juan José Acuña (DT de la reserva de Defensa y
Justicia) y una idea de juego y de captación que, seguramente quedará, como
tantas otras veces, en la nada.
Pablo Moyano fue al predio de Domínico para hablar, para
intentar cambiar el rumbo de un barco sin retorno.
De hecho, jugadores del
plantel profesional como Federico Mancuello le fue a saludar y expresarle sus
deseos de que continúe. Pero Gabriel Milito se cansó y para descomprimir,
quizá, para aquietar las aguas tomó la determinación de alejarse del club que
ama y al que le supo dar la alegría del 2002.
Independiente pierde a un gran
profesional, ídolo del club y que pensaba más allá de un resultado. Ojalá sea
un hasta pronto “Mariscal”.
Fuente De la Cuna al Infierno
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