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miércoles, 26 de noviembre de 2014

Café de los Diablitos - Sobrinos del Infierno






Me puso delante un café y un whisky sin hielo.


Y mi Sobrino preguntó:


¿Por qué le dás a Almidón, como lo llamás Vos Tío y no a los ineptos que partido a partido veo en la cancha con la camiseta?


Revolví el café y miré por los vidrios una parte de una Buenos Aires que cabía en el marco de una vidriera cagada por las moscas.


Era bastante limitada la visión de ese marco despintado para hablar de un panorama amplio.


Pero se veía la calle.


Al menos un pedazo.


Y nunca vemos todo.


Porque no podemos mirar más.


Porque no nos gusta mirar más.


Porque no queremos mirar nada más.


Porque lo que vemos no nos gusta.


Porque nos asusta.

Porque no nos dejan mirar nada.

Y callamos.

Hasta que alguien dice que vió.

Perdemos el miedo.

Y entonces como MILAGRO, VEMOS TODOS


Jodido el caso para responderlo mientras tomaba el café.


Traté de zafar contando el chiste de la Presidente intentando entrevistarse con Obama.

Le dijeron que estaba “En Ohio”  y preguntó “¿ Conmigo ?


Ni pelota. No sirvió y me apuraban a responder.


Sobre Almirón, para colmo con fea rima para la tribuna, y ojalá no esté dando malas ideas.


Que vivía FELIZ en una tierra de buenas vides y veredas inmaculadas. Poblada por Ciudadanos no por devastadores inadaptados al suelo y que no comparten su ciudad.

La disputan. 


A Almirón el UNO le dijo “Tenés que ir”


Y vino.


Y está acá hasta que UNO piense otra cosa, porque le imponen que el tercer decimal si es cinco o superior incrementa al segundo decimal en una unidad.


Si lo entendiste mejor, pero si no te lo explico:


“Si el tres no sirve y es un animal también necesitamos en pocos segundos un cinco superior que incremente la unidad.

Y el UNO tiene el cinco a tu medida” El que necesitás.


Complicaciones de las matemáticas que solo Paenza puede explicar. Antes te las explicaba el finadito que nos quería tanto y nos enterró.


Respiré profundo y me dirigí solemnemente a mi Sobrino, a quién jamás engañaré.


¡ Ves este es un whisky sin hielo ! La gente no concibe algo distinto y le extraña que sea sin hielo.


Yo como Vos amamos la misma música.


Que nos conmueve. E intercambiamos temas que nos hacen percibir y amplían nuestra percepción.


Pero en algunas cosas discrepamos.

Si digo:AC&DC, Hermetika y Justin Bieber a Vos te suena raro al oído.

¡No ¡ ¡Para! No me putees Sobrino, es solo una comparación absurda pero te sorprendería la cantidad de pelotud@svotantes que obtendríamos hoy si preguntaramos a los pelotud@s.


Es una encuesta que incluye tanto a quienes aún no están preparados para escuchar, y a los que no escucharán nunca sin ser sordos.


Porque comienzo a sospechar que el problema no son solo los que MIRAN sin VER, sino los que ESCUCHAN sin OIR.

Y por más que les hables y les digas es al PEDO.

ES AL PEDO


Sordos como una tapia, decián los abuelos.


Almirón es más de lo mismo.


Porque carece de Estirpe Ganadora, lo que no quiere decir que no la tenga, pero tiene MIEDO y no muestra esa condición de Lider.


Debe ponerla. Y respetar a lo que El cómo hincha dice sentir y será lo que sentimos todos los hinchas.


Y además ¿Quién te elige los que Concentran?


¿Quién te elige los once que entran a la cancha?


¿Quién te elige los que salen y entran de recambio?


¿QUIEN DEBE ASUMIR RESPONSABILIDADES Y DELEGAR TAREAS?.


¿ Te paga la cuota del auto con su sueldo, o se lo gasta para El?


¡ Ves este es un whisky sin hielo! La gente no concibe algo distinto y le extraña que sea sin hielo.

Pero los Rojos somos diferentes.


Y Almirón dirige a un equipo diferente. Donde de local salimos a ganar y no con línea de cinco atrás.


Ultimamente le falla el olfato y va al horno de la cocina.


Cuando el asado está en la parrilla.


Mi Sobrino me miraba serio pero a la vez indulgente.


Como quien pisa la realidad a cada paso y porque te quiere te regala pantuflas hechas de nube por su hija que adoro.


Para que abras el paquete y te las pongas - me dice - y no te duela caminar.

Traté de explicarle que me gusta caminar y lo hago diariamente, no me molesta recorrer largos caminos.

Me molestan los que debo esquivar porque no te ven y ahora los que les gritás y no te oyen.


Le dejé besos para la Princesa del Rojo. Su hija.

Me acompañó hasta que subí al bondi.


En el viaje de vuelta, mirando por la ventana del colectivo pensaba si hice bien en contarle MI verdad, dado que diariamente vivimos otra mentira que desde hace años pretende ser el relato.


Y muchos pelotud@s se la comen. Sin hielo. 


Ernesto Assale


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