Por Denis Fabricatore
Diego Rodríguez (7): Pateó los dos penales con decisión y
sin nervios, convirtiéndose en el primer arquero del club en anotar dos goles
en un partido. No tuvo gran responsabilidad en los goles de Quilmes y se mostró
seguro casi todas las veces que lo exigieron.
Néstor Breitenbruch (4): Se notó que jugó con molestias. No
tuvo tantos problemas por su sector, pero claramente el físico le pasó factura.
Debió salir en el complemento.
Cristian Tula (4): Empezó bien, pero se complicó solo y puso
en riesgo el resultado. Le hizo un penal infantil a Adrián Fernández y luego se
lesionó cuando ya no quedaban cambios, generando un desorden táctico
importante. Jugó varios minutos ¡de nueve!
Víctor Cuesta (4): No estuvo tan seguro como en otros
partidos y tuvo problemas con el achique, al igual que sus compañeros. Alternó
buenas y malas -más de éstas últimas-.
Gabriel Vallés (2): Jugó en un puesto que no es el suyo y la
pasó bastante mal. Nunca pudo hacer el recorrido que requiere esa posición. Si
bien se mostró como salida por derecha, le costó demasiado en la marca y aportó
poco en ataque.
Franco Bellocq (3): Una vez más tuvo un partido flojo. Ganó
pocas veces en el medio y se equivocó en varios pases. Terminó jugando de
central después de la lesión de Tula.
Federico Mancuello (7): Su actitud y confianza marcan la
diferencia. Cuando el equipo no encontraba el rumbo, aportó el empuje que hacía
falta. Ayudó en todos los sectores y participó en casi todas las jugadas de
Independiente en ataque. En el final, liquidó el partido con un golazo en una
gran jugada colectiva con Montenegro y Pisano.
Lucas Villalba (3): Al igual que Vallés, le costó en la
marca y no pesó en ofensiva. Le ganan la espalda una y otra vez. Está claro que
no se siente cómodo en ese puesto. Preocupa lo errático que está en los pases.
Daniel Montenegro (6): Después de una primera etapa en la
que aportó poco y nada, el Rolfi tuvo un segundo tiempo más que aceptable.
Participó mucho en ataque y generalmente lo hizo bien, generando espacios y
buscando asociarse constantemente. En el final, armó una jugada magistral que
definió el partido.
Claudio Riaño (8): Volvió a ser titular después de su lesión
y cumplió con creces. Oportunismo puro en su primer gol (el 3-1) y gran gesto
técnico en el segundo (el 4-3). En el segundo tiempo fue muy punzante en los
últimos metros, pivoteó y salió del área para buscar la pelota cuando no le
llegaba. Muy activo, como en su debut ante Atlético Rafaela.
Juan Martín Lucero (3): Jugó sólo los primeros 45 minutos y
aportó poco. Le metieron un patadón en la cara que derivó en el primer penal
que convirtió el Ruso Rodríguez. Y eso fue todo.
Matías Pisano (9): Entró en el complemento y cambió el
partido. Le cambió la cara al equipo desequilibrando por derecha. Su primera
intervención terminó en el penal que dio vuelta el resultado. Después, de un
remate suyo llegó el rebote del gol de Riaño. En el final participó de la
jugada del 5-3. Almirón confesó que se ganó la titularidad y tiene razón.
Francisco Pizzini (6): Su ingreso fue fundamental al igual
que el de Pisano. Mostró la velocidad y el desequilibrio de siempre en el
sector izquierdo, participando en cada subida del equipo. Una vez más, ayudó a
cambiar la historia entrando desde el banco.
Sergio Ojeda (4): Entró por Breitenbruch promediando el
segundo tiempo. No pasó grandes sobresaltos ni tuvo errores importantes, pero
le costó controlar a los delanteros de Quilmes.
Fuente LxR
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