Julio Grondona planea cambiar el fútbol argentino antes de
dejar su lugar en la AFA. // AFP
Por Alejandro Fabbri
La decisión de aumentar el número de participantes en la
principal categoría hasta 30 no registra antecedentes en el profesionalismo y
mucho menos está acompañada de una explicación sensata.
Todo parece indicar que la AFA está pergeñando una nueva
estructura de campeonatos de Primera División, con lo que también se
modificarían las categorías de ascenso. La decisión de aumentar el número de
participantes en la principal categoría hasta 30 no registra antecedentes en el
profesionalismo y mucho menos está acompañada de una explicación sensata.
Algunos dicen que se hace para que se jueguen todos los
clásicos históricos del fútbol nuestro: Independiente-Racing, Huracán-San
Lorenzo, Vélez-Ferro, Belgrano-Talleres, Lanús-Banfield y así podríamos seguir
enumerando algunos que hoy no se disputan. Otros, argumentan que la AFA no
quiere que desciendan nuevamente equipos importantes y como ya ni siquiera el
promedio es un resguardo, si se recarga la competencia con otros clubes de
menor convocatoria, el problema estaría resuelto.
Revisando la historia de los torneos del fútbol argentino,
vale la pena recordar cómo fueron sus organigramas desde 1931. Hasta que se
produjo la radical modificación que impulsó el dirigente Valentín Suárez para
1967, hubo 47 años casi iguales. Un único campeonato largo, con partidos de ida
y vuelta, todos contra todos. Arrancaron jugando 18 equipos, algunas veces
fueron 16, incluso 14 y también 20. Pero siempre bajo el mismo formato.
La única excepción fue el campeonato de 1934, que nunca se
repitió. En aquel año, la cuarta temporada profesional, la preAFA decidió
excluir de la competencia a Quilmes y a Tigre, pese a que no existían los
descensos. Lo hizo porque evaluó que tenían poca convocatoria. Al mismo tiempo
resolvió unificar a cuatro equipos en dos: juntó por la fuerza a Atlanta con
Argentinos Juniors y también amontonó a Lanús con Talleres de Remedios de
Escalada. Se dio una situación única, hasta con camiseta insólitas (la fusión
AAAJ-Atlanta tenía remera roja con una V azul y amarilla y vivos blancos) y la
ridícula imagen de sus dos parcialidades en diferentes tribunas, celebrando
solamente a aquellos jugadores que en 1993 habían vestido sus colores.
Desde 1967 se establecieron dos campeonatos grandes: el
Metropolitano (22 equipos lo iniciaron, divididos en dos zonas, con semifinales
y finales) algo que se mantuvo en tres temporadas. Llegó el Metropolitano de
una sola rueda en 1970, volvieron los torneos largos entre 1971 y 1973, las dos
zonas de 1974, los largos de nuevo en 1975, las dos zonas de 1976, los largos
entre 1977 y 1984. Se estableció el torneo Nacional desde 1967, con 15 clubes:
allí ingresaron los primeros cuatro equipos del interior del país. Fueron San
Lorenzo de Mar del Plata, Chaco For Ever de Resistencia, San Martín de Mendoza
y Central Córdoba de Santiago del Estero.
Los Nacionales ampliaron la oferta deportiva a todo el país,
se fueron incrementando en la cantidad de equipos y siempre divididos en zonas
salvo los tres primeros, llegaron a tener 32, 34 o 36 equipos, con ocho zonas y
eliminaciones directas a partir de allí. Quedaron en el olvido, lo mismo que
los Promocionales y Reclasificatorios, donde participaron los equipos de peores
campañas que no alcanzaron a clasificarse y aquellos mejores de la segunda
división.
En 1985 se decidió terminar con esto. El último Nacional lo
ganó Argentinos Juniors, en una recordada final a Vélez Sarsfield en el estadio
Monumental. Empezó el campeonato largo de nuevo, pero con otras fechas. Fue
como en Europa y lo sigue siendo. Empieza en invierno de un año, finaliza en
otoño del año siguiente.
¿Hay algún torneo
medianamente importante de países con historia futbolera que haga lo mismo?
Para 1990 vinieron los torneos cortos. Se argumentó que
sería mejor que fueran dos los campeones, así había más gente feliz. Lo cierto
es que como ni Boca (desde 1981), ni San Lorenzo (desde 1974) ni Racing (desde
1966) podían ganar el certamen común, se buscó una manera de acercarlos al
éxito. Lo consiguieron, pero esperaron 11, 21 y 35 años respectivamente.
Ahora, la fórmula de las 19 fechas y dos campeones llegó a
su fin. Serán 10 equipos más, que saldrán del certamen que se jugará tras la
finalización de esta temporada, con ascensos y descensos, entre los integrantes
del Nacional B. Tras la primera rueda –de agosto a diciembre- quedará
establecido quienes se sumarán a los veinte de Primera. El ascenso también se
modificará, aunque todavía no está nada claro.
Los únicos antecedentes de torneos con semejante cantidad de
equipos existieron en la Argentina amateur –o de amateurismo encubierto- entre
1927 y 1930, cuando se fusionaron las dos entidades existentes. El último, el
campeonato de 1930, lo disputaron 36 clubes y lo ganó Boca, en una sola rueda.
Empezó en abril de 1930 y terminó un año después. Ese año se jugó el primer
mundial, aunque no había Copas ni torneos de verano. La experiencia no fue
buena y nadie, ya en el fútbol rentado, la quiso repetir.
¿Cuál podrá ser la razón esencial para retroceder 84 años en
la organización? ¿Hay algún torneo medianamente importante de países con
historia futbolera que haga lo mismo? La respuesta ya la conocemos. Son dos
letras y la segunda es una “o”.
Fuente Diario Perfil
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