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miércoles, 4 de septiembre de 2013

Los delanteros andan con la pólvora mojada






Por Fernando Gourovich

Entre tantos males que padece este Independiente, hay uno que mantiene las gargantas reprimidas: hace 108 días que un delantero no marca un gol.

Sí, el último, coincidentemente, fue el día en que el Rojo ganó por última vez, el 19 de mayo ante los sanjuaninos en el Libertadores de América. Esa tarde, el que hizo gritar y al mismo tiempo mantener las esperanzas de quedarse en la A , fue uno que ya no está: Juan Fernando Caicedo.

Después del 3 a 1 ante San Martín, pasaron 12 partidos, 5 en Primera, 2 por la Copa Argentina y 5 en la B Nacional y nada; los goles vinieron desde el fondo, del medio o en contra. En esa docena de presentaciones, apenas marcó 8 goles: el cuestionado Montenegro, con 3, es quien más veces festejó.

Entre Miguel Brindisi y Omar De Felippe utilizaron 12 delanteros a los que se les mojó la pólvora: Ernesto Farías, Luciano Leguizamón, Raúl Millañanco, Lucas Villafáñez, Patricio Vidal, Eloy Rodríguez, Caicedo, Francisco Pizzini, Sebastián Penco, Facundo Parra, Cristian Menéndez y ante los mendocinos reapareció Adrián Fernández, el de mejor promedio de gol en 2013 (13 partidos, 4 goles). El paraguayo es el último en marcar goles de visitante: el 5 de mayo le convirtió dos a Tigre.

El deseo es cortar todas las rachas negativas el lunes ante Huracán (dirigirá Sergio Pezzotta). Para ese encuentro, el entrenador piensa en modificar la forma de atacar. En el debut ante el Independiente mendocino, apostó a la dupla Fernández-Menéndez. Sobre el final mandó a la cancha a Penco. Precisamente, el ex San Martín tiene chances de ser el único 9 . La idea, en principio, es jugar con tres asistidores, con Matías Pisano por derecha, con el Rolfi suelto y con el tucumano Trejo por la izquierda. ¿Qué busca con esta movida? Llegar hasta el arco rival con más gente y tener una referencia de área.

En su estadía en la segunda categoría, marcó 4 goles, de los cuales 2 fueron de penal. Pero hay algo aún más alarmante: no tuvo mano a mano y apenas probó un puñadito de veces desde media distancia. O sea: más que afinar la puntería, lo que debería hacer es generar situaciones de gol...


Fuente Clarín

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