Ilustró rrrojo - Fuente imágen web
Por Vicente Muglia
Desde que se hizo cargo de levantar a Independiente, Omar De
Felippe insistió hasta el hartazgo con una premisa: el toque por abajo.
Capaz
de parar una práctica de fútbol cuando un jugador le pasa la pelota por encima
de la cintura a un compañero, el DT pretende un equipo que se haga fuerte a
través de la posesión y de la circulación precisa en busca de generar el
espacio propicio para perforar al rival.
Si bien el pelotazo no está prohibido,
no goza de la simpatía del técnico.
La cuestión es que tanto machacó sobre ese concepto que la
insistencia dio sus frutos ante Sarmiento.
En el segundo gol, los comentarios
se enfocaron en el grave error de Ischuk, que no pudo contener un remate no tan
potente de Zapata y se la dejó servida a Parra.
Pero lo que quedó en segundo
plano fue un hecho que llenó de satisfacción al entrenador del Rojo: hubo 12
pases seguidos antes de ese gol. Arrancó con un saque de arco del Ruso
Rodríguez y, salvo Mancuello, la tocaron todos antes del festejo de Parra.
En
45 segundos los de rojo se la pasaron a los de rojo, como quería De Felippe.
Zapata fue el que aceleró con un pase largo a Pisano, el pibe se la devolvió de
primera y el volante encaró en diagonal hacia el arco. Su remate de zurda,
cruzado pero débil, encontró la fallida respuesta del arquero y Parra se la
pasó a la red.
Toque por abajo, circulación precisa, búsqueda del espacio y
gol. A pedir de De Felippe.
Fuente Olé
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