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jueves, 26 de septiembre de 2013

No al pelotazo



 De Felippe con la pelota en la práctica en Domínico.


El técnico sigue machacando con su objetivo de que el equipo juegue a ras del piso.

En un táctico, De Felippe colocó cintas a 40 centímetros del césped y estaba prohibido pasar la pelota por arriba.

Omar De Felippe seguramente es de los que creen que la repetición es una buena fórmula para que sus jugadores adquieran los conceptos futbolísticos que pregona. Desde que asumió en Independiente, se preocupó por insistir en cada entrenamiento con una premisa básica pero innegociable: el toque por abajo. 

Nada de pelotazos a dividir buscando al 9. Es más, sólo les permite el bochazo a los defensores cuando están presionados y es la única manera de despejar el peligro del área defendida por el Ruso Rodríguez. Pero al resto, nada de buscar por arriba.

Tanto machacó con esa idea que el lunes tuvo su recompensa: hubo 12 toques seguidos por abajo antes del segundo gol de Parra a Sarmiento.

Como para dejar en claro una vez más lo que pretende de sus dirigidos, armó una práctica especial. En un trabajo táctico en espacios reducidos, el entrenador mandó a colocar unas cintas a lo largo de las dimensiones del campo a utilizar. Las mismas estaban a unos 40 centímetros del césped. ¿El objetivo? Los jugadores debían pasarse la pelota pero por debajo de las cintas. Cada vez que alguno de ellos la tocaba por encima, De Felippe detenía la práctica y volvían a arrancar.

Este ejercicio, con el ingrediente de tocar la pelota por abajo, se suma a otros que ya puso en práctica el entrenador y que buscan el mismo objetivo: que los jugadores se amiguen con el balón a través de la circulación a ras del suelo. El objetivo es que ganen en precisión y también en confianza. Uno de los métodos que empleó en anteriores oportunidades fue cortar la práctica de fútbol cada vez que un jugador daba un pase por encima de la cintura de un compañero. Incluso, hasta llegó a darle un gol al otro equipo como sanción.

“Tenemos que hacernos fuertes a través de la tenencia de la pelota”, fue uno de los mensajes que lanzó hacia afuera pero que también bajó hacia adentro. Las cintas son una prueba más de que, para Omar, la clave pasa por subir por abajo.



Fuente Olé

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