Por Cristian Fernández
Independiente logró ganar en Avellaneda y con dos goles de
un delantero. Sí Facundo Parra la mandó a guardar en dos oportunidades para que
el Rojo dé vuelta un partido difícil y en su casa cuando el clima era
caliente. El final fue 2-1 y la gente se
fue feliz. El equipo está a dos puntos de los puestos de ascenso. Este es el
camino.
Ganó un partido más que chivo. De arranque el rival
planteaba un escollo complicado, por su conocimiento de la categoría, por venir
armado y de golear a Ferro. Un conjunto que sabe manejar la pelota, tiene
verticalidad y crea situaciones dominando el ataque por todo su frente.
Para colmo el Rojo fue de muy menor a mayor. Salió tibio y
el rival lo notó. Por eso a los cuatro minutos apretó el acelerador ganó un
tiro de esquina y a la salida del mismo Garnier anticipó para marcar la primera
diferencia de la tarde. Sí, Sarmiento se ponía al frente en el marcador en el
primer ataque a fondo. Sacudía a todos. Los hinchas quedaron perplejos y el
equipo sintió el golpe.
Si bien, el Rolfi probó desde lejos e Ischuk pareció
moverse, recién el equipo reaccionó a los 16 minutos. Montenegro recibió cerca
del área, la bajó de pecho y cuando estaba por sacar su remate habilitó a su
derecha a Zapata. El volante le dio duro y el pelotazo dio en el travesaño
ahogando el empate al local.
El juego no era bueno, Sarmiento manejaba haciendo un gran
desgaste y los de Omar De Felippe perdían las divididas y no podían adueñarse
del encuentro. Es más, en una mala salida de Morel Rodríguez, aprovecharon los
de Junín y Díaz tomó el balón y rematando de afuera del área casi marca el
segundo. Esta vez, el palo jugó a favor del Rojo.
Independiente la pasaba mal en la pelota parada pero de a
poco su rival se iba quedando y el local ganaba terreno. El Libertadores de
América entero pedía mayor actitud y un canto obvio: “Hoy no podemos perder”.
Así fue que con pocas ideas pero con mucha vergüenza, el equipo fue en busca
del empate que recién conseguiría a los 39 minutos. Tiro libre en los pies de
Pisano directo a la cabeza de Parra que no desperdició la posibilidad y desató
la locura.
El empate le caía bien al Rojo. Además porque a su rival le
dolió y se paralizó. Fueron minutos, los últimos de la primera etapa, en la que
la cancha pareció volcarse a favor del local. Tanto fue así que Razzotti se
animó desde lejos, pero se topó con el travesaño. Sí, otra vez el larguero le
decía que no y así se fueron al descanso. Empate en uno, pero con un
Independiente más enchufado.
Ya en el complemento Independiente encontró su mejor
funcionamiento. Quizás por la levantada del cierre de la etapa inicial. Quizás
porque su rival se quedó y sintió el cansancio. Lo cierto que los de Omar De
Felippe salieron mejor. Y a los 8 minutos encontró la diferencia final. Zapata
se metió por el medio, le pegó de lejos con zurda y la floja contención de
Ischuk le permitió a Parra aprovechar el rebote y depositar la pelota en el
arco.
A partir de ahí el partido fue otro. Sarmiento que había
hecho el desgaste en el primer tiempo y con el gol se había replegado agazapado
para la contra, tuvo que salir. El Rojo tuvo espacios, pero le costó plasmarlos
en la red. No hubo muchas opciones en ninguna de las dos áreas para ser
preciso. Hubo que esperar hasta después de la media hora. Una buena contra de
Pisano derivó en habilitación para Parra que en lugar de buscar su hat-trick
quiso tocar a Zapata, pero el pase fue interceptado al tiro de esquina.
Luego se sucedieron algunos cambios en ataque que
desvirtuaron los últimos metros del equipo. Fue así que Penco ingresó por
Parra, Benítez por Pisano y sobre el final, Montenegro le dejó su lugar a
Marcelo Vidal. Los tres se fueron muy aplaudidos.
Sarmiento se perdió el empate en un tiro libre, pero López
tiró su cabezazo afuera. De todas maneras, parecía que el Ruso controlaba las
acciones. Claro que Independiente también pudo haber aumentado el marcador,
cuando Benítez luchó, cuidó la pelota y cuando pudo la clarificó para que
Zapata, tras su esfuerzo, desperdiciara con un derechazo directamente afuera.
Así se terminó la historia. Independiente logró muchas cosas
ante Sarmiento. Ganó en casa tras 127 días. Gritó un gol (en realidad dos)
hecho por un delantero, también después de 127 días. Dio vuelta un marcador y
le ganó a un rival difícil, que juega bien y que se espera como uno de los
animadores. De Felippe debe estar mejor. El equipo se fue contento y se abrazó
en el festejo. El hincha se fue feliz del Libertadores después de mucho tiempo.
Y la verdad… lo merecía.
Fuente Infierno Rojo
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