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martes, 24 de septiembre de 2013

¡Rompió todo!





Por Cristian Fernández

Independiente logró ganar en Avellaneda y con dos goles de un delantero. Sí Facundo Parra la mandó a guardar en dos oportunidades para que el Rojo dé vuelta un partido difícil y en su casa cuando el clima era caliente.  El final fue 2-1 y la gente se fue feliz. El equipo está a dos puntos de los puestos de ascenso. Este es el camino.

Ganó un partido más que chivo. De arranque el rival planteaba un escollo complicado, por su conocimiento de la categoría, por venir armado y de golear a Ferro. Un conjunto que sabe manejar la pelota, tiene verticalidad y crea situaciones dominando el ataque por todo su frente.

Para colmo el Rojo fue de muy menor a mayor. Salió tibio y el rival lo notó. Por eso a los cuatro minutos apretó el acelerador ganó un tiro de esquina y a la salida del mismo Garnier anticipó para marcar la primera diferencia de la tarde. Sí, Sarmiento se ponía al frente en el marcador en el primer ataque a fondo. Sacudía a todos. Los hinchas quedaron perplejos y el equipo sintió el golpe.

Si bien, el Rolfi probó desde lejos e Ischuk pareció moverse, recién el equipo reaccionó a los 16 minutos. Montenegro recibió cerca del área, la bajó de pecho y cuando estaba por sacar su remate habilitó a su derecha a Zapata. El volante le dio duro y el pelotazo dio en el travesaño ahogando el empate al local.

El juego no era bueno, Sarmiento manejaba haciendo un gran desgaste y los de Omar De Felippe perdían las divididas y no podían adueñarse del encuentro. Es más, en una mala salida de Morel Rodríguez, aprovecharon los de Junín y Díaz tomó el balón y rematando de afuera del área casi marca el segundo. Esta vez, el palo jugó a favor del Rojo.

Independiente la pasaba mal en la pelota parada pero de a poco su rival se iba quedando y el local ganaba terreno. El Libertadores de América entero pedía mayor actitud y un canto obvio: “Hoy no podemos perder”. Así fue que con pocas ideas pero con mucha vergüenza, el equipo fue en busca del empate que recién conseguiría a los 39 minutos. Tiro libre en los pies de Pisano directo a la cabeza de Parra que no desperdició la posibilidad y desató la locura.

El empate le caía bien al Rojo. Además porque a su rival le dolió y se paralizó. Fueron minutos, los últimos de la primera etapa, en la que la cancha pareció volcarse a favor del local. Tanto fue así que Razzotti se animó desde lejos, pero se topó con el travesaño. Sí, otra vez el larguero le decía que no y así se fueron al descanso. Empate en uno, pero con un Independiente más enchufado.

Ya en el complemento Independiente encontró su mejor funcionamiento. Quizás por la levantada del cierre de la etapa inicial. Quizás porque su rival se quedó y sintió el cansancio. Lo cierto que los de Omar De Felippe salieron mejor. Y a los 8 minutos encontró la diferencia final. Zapata se metió por el medio, le pegó de lejos con zurda y la floja contención de Ischuk le permitió a Parra aprovechar el rebote y depositar la pelota en el arco.

A partir de ahí el partido fue otro. Sarmiento que había hecho el desgaste en el primer tiempo y con el gol se había replegado agazapado para la contra, tuvo que salir. El Rojo tuvo espacios, pero le costó plasmarlos en la red. No hubo muchas opciones en ninguna de las dos áreas para ser preciso. Hubo que esperar hasta después de la media hora. Una buena contra de Pisano derivó en habilitación para Parra que en lugar de buscar su hat-trick quiso tocar a Zapata, pero el pase fue interceptado al tiro de esquina.

Luego se sucedieron algunos cambios en ataque que desvirtuaron los últimos metros del equipo. Fue así que Penco ingresó por Parra, Benítez por Pisano y sobre el final, Montenegro le dejó su lugar a Marcelo Vidal. Los tres se fueron muy aplaudidos.

Sarmiento se perdió el empate en un tiro libre, pero López tiró su cabezazo afuera. De todas maneras, parecía que el Ruso controlaba las acciones. Claro que Independiente también pudo haber aumentado el marcador, cuando Benítez luchó, cuidó la pelota y cuando pudo la clarificó para que Zapata, tras su esfuerzo, desperdiciara con un derechazo directamente afuera.

Así se terminó la historia. Independiente logró muchas cosas ante Sarmiento. Ganó en casa tras 127 días. Gritó un gol (en realidad dos) hecho por un delantero, también después de 127 días. Dio vuelta un marcador y le ganó a un rival difícil, que juega bien y que se espera como uno de los animadores. De Felippe debe estar mejor. El equipo se fue contento y se abrazó en el festejo. El hincha se fue feliz del Libertadores después de mucho tiempo. Y la verdad… lo merecía.


Fuente Infierno Rojo

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