Martín Benítez, la nueva joyita de Ramón, puso justicia en
el Nuevo Gasómetro y con un cabezazo le dio la victoria al Rojo.
Estos tres puntos lo dejan con chances de entrar a la Libertadores...
El Ciclón no puede salir de la Promoción.
Estos tres puntos lo dejan con chances de entrar a la Libertadores...
El Ciclón no puede salir de la Promoción.
Independiente obtuvo un triunfo clave para sus aspiraciones
de meterse en la Libertadores tras derrotar por 1 a 0 a San Lorenzo, en el
Nuevo Gasómetro.
Quedó a dos puntos de Godoy Cruz y a uno de Racing, aunque con un partido más. Los de Madelón, en tanto, no pudieron salir de la Promoción.
Quedó a dos puntos de Godoy Cruz y a uno de Racing, aunque con un partido más. Los de Madelón, en tanto, no pudieron salir de la Promoción.
Arrancó mejor el Ciclón, consciente de sus necesidades y con
una firme convicción ofensiva. Pero el paso de los minutos le jugó en contra y,
como siempre, se encontró con el dilema de la falta de contundencia en los metros
finales. Y aunque insistió, perdió intensidad.
Entonces creció Independiente. Le emparejó el mediocampo, le robó la pelota y apostó de contra. Fue un pasaje de vértigo del partido, de transiciones permanentes y un interesante ida y vuelta.
Entonces creció Independiente. Le emparejó el mediocampo, le robó la pelota y apostó de contra. Fue un pasaje de vértigo del partido, de transiciones permanentes y un interesante ida y vuelta.
Tras el descanso, los dos sintieron el desgaste, sobre todo
el local.
El Rojo comprendió que el secreto pasaba por la paciencia y, aprovechando la desesperación de los de Madelón, esperó su momento para golpear. Y cuando le llegó, no perdonó.
Centro volado a los 22 y cabezazo perfecto de la joya Martín Benítez (la apuesta de Ramón) para mandarla a la red. Festejo y locura.
Atrás habían quedado dos polémicos penales no cobrados y un gol anulado a Parra, que habían indignado a los jugadores.
El Rojo comprendió que el secreto pasaba por la paciencia y, aprovechando la desesperación de los de Madelón, esperó su momento para golpear. Y cuando le llegó, no perdonó.
Centro volado a los 22 y cabezazo perfecto de la joya Martín Benítez (la apuesta de Ramón) para mandarla a la red. Festejo y locura.
Atrás habían quedado dos polémicos penales no cobrados y un gol anulado a Parra, que habían indignado a los jugadores.
Con la desventaja, San Lorenzo fue a matar o morir para
salvar, al menos, el punto. Pero para ese momento, su rival ya había
administrado energías y había cerrado todos los caminos. Y aunque el Ciclón
intentó la heroica no le alcanzó. Su escenario es cada día un poquito más
oscuro. Así y todo la gente respaldó al equipo y lo despidió con aplausos.
Fuente Olé

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