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jueves, 29 de diciembre de 2011

Para saber entrar, ¿hay que saber salir?




Por Diego Silber


Escribo estas líneas tras enterarme de la noticia del día: el embargo trabado en AFA por César Luis Menotti, debido a la deuda de más de 350 mil dólares que Independiente tiene con él desde su época de manager, lo que significa que el club no podrá incorporar ni vender hasta no saldarla.

Podría abordar esta información desde distintas ópticas: desde el punto de vista laboral o desde el derecho a reclamo que siempre debe tener cualquier trabajador, por ejemplo. Pero en realidad hablaré desde las posiciones que tengo tomadas en cuanto al fútbol, desde hace muchos años: hincha de Independiente (de nacimiento) y, por decirlo de alguna manera, “menottista”, en cuanto a la concepción del fútbol que me gusta.

Desde ya que es muy difícil defender a Menotti persona, desde ciertas historias que protagonizó a lo largo de su vida, sin mencionar varias chicanas que suelen tirar por elevación sus enemigos acérrimos. Lo aclaro nuevamente, por las dudas: soy “menottista” desde una concepción de juego, de filosofía dentro de una cancha de fútbol. No lo defiendo ante cualquier cosa que diga, ni soy abogado defensor de lo que Menotti decida hacer en su plano personal, político y/o profesional.

Aclarado esto, voy al punto: estoy muy decepcionado con esta actitud de Menotti. No era la forma ni el momento. Con un club “prendido fuego”, con responsables claros e identificables: Julio Comparada y su última Comisión Directiva. La nueva conducción, asumida hace apenas una semana, no lo merece. Pero el que menos lo merece es el club, su historia, su filosofía, su estilo. Eso que tanto “sedujo” al Flaco, siempre.

Por cuestiones futbolísticas y también extra futbolísticas (la no renovación de Gallego en 2010, la poco exitosa y corta gestión de Garnero como DT, el papelón de ir a buscar a Gallego un mes después de haberlo “echado”), Menotti debió abandonar el club en septiembre de 2010. O sea, tuvo más de un año para reclamarle a Comparada su dinero.

Pero no: lo hace justo esta semana, en la previa de año nuevo, con sueldos y aguinaldos que recién en las últimas horas los nuevos dirigentes han podido pagar o empezarán a hacerlo. Con un plantel que debe ser achicado, con la opción de que sólo se pueda incorporar dos jugadores, con un mercado de pases que Independiente necesita aprovechar sí o sí.

Eso no es todo: el aire fresco que trae la renovación dirigencial en el club y la incorporación de jóvenes a todas las subcomisiones, hacen que el socio y el hincha tengan otra visión y otra esperanza: la del tan ansiado Renacimiento. Por esto también Menotti equivoca el momento para presentar su reclamo.

Hoy, definitivamente, el Flaco terminó de decepcionar a los pocos hinchas de Independiente que aún lo bancábamos, al menos desde sus ideas de juego, claro. Ahora ya no creo que haya vuelta atrás, no creo que haya tiempo para reparar este último gran error. “Para saber entrar, hay que saber salir”, decía Menotti en la década del ’70. Con esta última salida, será más que difícil que vuelva a entrar alguna vez a nuestro club…


Fuente Muy Diablo


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