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jueves, 8 de diciembre de 2011

Noche de fiesta en Avellaneda



Escrito por Carlos Maidana el Jueves, 8 diciembre 



Campeones

Hace exactamente un año, el Rojo volvía a relucir su chapa copera para hacerse con el 16to trofeo internacional. Luego de una final inolvidable y una tanda de penales para el infarto, el Rey de Copas alzaba la Copa Sudamericana.

Como pasa el tiempo, Rojo. Cuanta agua corrió bajo el puente desde aquel 8 de diciembre del 2010. Aquella noche, Independiente hizo las pases con su historia para volver a festejar un título internacional después de 15 años.

La historia comenzó allá lejos, cuando el equipo entonces dirigido por Daniel Garnero enfrentó a Argentinos Juniors, campeón del Clausura. En la ida fue 1 a 0 a favor del Rojo, con un gol de Leonel Galeano, en Avellaneda.

En la Paternal fue empate 1 a 1 y clasificación asegurada. Néstor Ortigoza marcó para Argentinos y Leandro Gracián puso la paridad. Por los Octavos de Final hubo que viajar hasta Uruguay. En el Centenario fue triunfo 1 a 0 para Defensor Sporting, con un gol en contra de Leandro Gracián. En el banco visitante estuvieron Ricardo Pavoni y Francisco Sá como interinos. En la vuelta, ya con Antonio Mohamed en el banco, fue victoria para el Rojo 4 a 2.

Andrés Silvera, Hernán Fredes, Nicolás Cabrera y Nicolás Martínez, con un cabezazo sobre el final del partido, anotaron los goles. El clásico y la Copa, le encargaron a Mohamed y parecía encaminado. Después de vencer a Racing, en el torneo domestico, hubo que viajar a Colombia para enfrentar al Deportes Tolima. En Ibagué fue 2 a 2, con goles de Silvera y Julián Velázquez. En Avellaneda, en un Cilindro teñido de Rojo, fue empate sin goles.

En semis tocó Liga de Quito y hasta los 2.800 metros de altura fue Independiente. El 3 a 0 de los locales parecía definir la serie, pero el Rojo empezó a mostrar que la cosa iba en serio. Silvera primero y Lucas Mareque, con un gol de antología al ángulo, encendieron la esperanza que ardió en el Libertadores. 2 a 1, con goles de Facundo “Max” Parra y Fredes, el Rey llegó hasta la final en la que esperaba el Goiás.

Equipo ignoto el rival, pero que venía de eliminar a Palmeiras como visitante. En Brasil fue caída 2 a 0. Como si eso fuese poco, Silvera vio la tarjeta roja y quedó automáticamente afuera del partido definitorio. En Argentina tampoco fue sencillo. Los brasileños llegaron a Buenos Aires con el afán de mantener la ventaja y hasta consiguieron algún que otro adepto en los aledaños.

El triunfo 3 a 1, con goles del Avispa, de Parra y unas cuantas salvadas de Hilario Navarro, estiró el partido hasta los penales. A Felipe le temblaron las piernas y estrelló su remate en el palo. Ya en la madrugada, el definitivo estuvo a cargo de Eduardo Tuzzio, que cargó sobre su pie derecho el aliento de más de 5 millones de almas para volver a festejar después de 15 años. ¡Salud Campeón!

Fuente Infierno Rojo

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