CAMPEON SUPERCOPA 1995: Con estilo o sin estilo: El Zurdo
campeón Miguel Angel López fue el técnico de la Supercopa 95.
Cuestionado por la forma en que jugaba el equipo, el Zurdo
responde: "Fuimos campeones, eso no lo puede discutir nadie".
Habla en un tono bajo y pausado. Hace señas con su mano
izquierda, por supuesto. Por algo le dicen Zurdo.
Su último paso como técnico en la Argentina se coronó con un
título, aunque lleno de cuestionamientos.
Por eso, resalta lo que logró "sólo en cinco
meses". Lo repite una y otra vez para que quede bien claro.
Tal vez porque sienta que no tuvo el reconocimiento que cree
merecer.
Ese es Miguel Angel López, el técnico de la Supercopa 95.
Al que le achacan aún hoy no respetar el estilo histórico de
Independiente.
Así y todo, es el último que sacó campeón al Rey de Copas. Después
de un mes y pico de trabajo, con todas las evaluaciones sobre la mesa, el Profe
Bonini me dijo "no tenés equipo por tres meses". Encima Gustavo López
y Rotchen estaban lesionados. A Gustavo lo paramos y lo trabajamos para que
volviera en tres meses.
El tema era bancar ese tiempo sin resultados.
Sabíamos que serían tres meses de angustia, sin un alto
nivel futbolístico.
Pero tuvimos algo muy valioso a nuestro favor: un plantel
con una personalidad muy especial.
No le llegó la presión externa. Era un síntoma muy
alentador, que siempre caracterizó a los Independientes campeones, más allá de
lo futbolístico.
Mirá, después de eliminar a River me fui a ver
Flamengo-Cruzeiro.
Clasificó el Flamengo y debíamos definir en Brasil.
Lo primero que pensé fue "qué bueno".
En Independiente, cuando un equipo va a salir campeón parece
que hay olor a campeonato.
"Esto es para Independiente", me dije.
Porque una vuelta en el Maracaná es para Independiente.
Buscá estadísticamente quién la dio en el Maracaná.
A los muchachos les dije "qué bueno, vamos a dar la
vuelta allá".
JAVIER MAZZONI
Correr y luchar en vez de jugar
Esta Supercopa para mí representa mucho.
Mi año y medio como profesional en el Rojo fue sensacional.
Jugué en un equipo que un año antes lo miraba desde la
tribuna y decía "acá no hay lugar" (Estuve más de dos años parado por
diferentes intervenciones quirúrgicas).
En el torneo convertí cuatro goles.
Pero los que le hice a River, en semifinales, fueron los más
importantes de mi carrera por cómo era el desarrollo del partido (perdíamos 2-0
en el primer tiempo) y porque todavía no hacía un año que había debutado en
Primera.
Yo fui suplente, entré por Cagna y a los 20 segundos metí el
descuento: el Gurí Alvez la abrió a la derecha, vino el centro, la bajé en el
punto de penal y definí por entre las piernas de Irigoytía.
Y a los siete minutos marqué el empate: fue un córner de
Gustavo López y me anticipé de cabeza. 2-2 y a festejar.
La igualdad nos permitió ir tranquilos al Monumental, 0-0 y
clasificamos por penales.
Me acuerdo de que ese día Faryd dijo una frase que nunca
había escuchado.
"Muchachos, ustedes metan los penales que yo atajo dos
o tres", dijo.
Y cumplió. Después dimos la vuelta en el Maracaná.
Es verdad que la forma de jugar de ese equipo no representó
el estilo histórico de Independiente.
La gente no se sentía identificada. Fue uno de los conjuntos
que más luchó y corrió en vez de jugar.
Pero así y todo ganamos la Supercopa... Y después no se ganó
otro título.
GUSTAVO LOPEZ
Maracaná inolvidable
Aquella Supercopa fue muy especial porque ese año no
andábamos bien.
A veces jugábamos
bien y otras no tanto, es cierto.
Pero al final logramos lo que queríamos que era repetir el
título del 94. Hay que tener en cuenta que de un año al otro el equipo cambió
demasiado.
Hubo muchas ventas, no éramos los mismos que la ganamos con
Brindisi de técnico.
Encima, el momento que se vivía en el club era extraño por
cómo los hinchas resistían al Zurdo López.
Sin embargo, el grupo y el cuerpo técnico se unieron y
supimos hacer las cosas como se debían.
La consagración en el Maracaná fue inolvidable, fue uno de
los partidos más duros del torneo, al igual que las dos semifinales contra
River.
Ahí está el Zurdo con su felicidad de ser el técnico que festejó
en el Maracaná.
Cuenta que todo se dio como lo habían pensado: tres meses
duros y después venía lo mejor.
Igual, los cuestionamientos no lo perdonaron.
Por eso, él sigue marcando otros logros, además del título
ganado, en su primera entrevista después de su ida del club. -Las Inferiores
son importantes y que los refuerzos rindan y dejen un beneficio económico
también.
Nosotros trajimos a Mondragón, de rendimiento excelente y de
gran reventa.
También a Jorge Martínez y Casartelli por nada. Y a Acuña y
al Nuno Molina.
Las inversiones fueron buenas. Y debutaron Cristian Díaz,
Páez y Real. Y todo eso en cinco meses.
-¿Se sentía muy resistido?
-No. El problema era otro. Sentí que muchos de Independiente
querían que perdiéramos y eso es inaceptable. No lo pude entender nunca.
-¿Le molestaba que se hablara siempre de si seguía o no?
-Los cuestionamientos estaban desde antes de llegar porque
había un problema político.
El clima de hostilidad para con un tipo que estuvo en ocho
de los quince títulos internacionales de Independiente no era justo.
Así no se podía trabajar.
-En cuanto a lo futbolístico, el equipo era irregular.
-Al principio jugábamos mal porque no encontrábamos el
equipo.
No teníamos equilibrio ni ida y vuelta ni continuidad en el
juego.
Nos faltaba la preparación que necesita un equipo que quiere
ser campeón por cuestiones de tiempo y lesiones.
-Siempre se lo criticó por no respetar el estilo de
Independiente.
-¿Qué estilo? ¿Qué estilo?
Si al estilo lo marcan los jugadores. Cuando un equipo no
está, no está.
Yo vi a Independiente contra Argentinos hace unas fechas.
¿Quieren hablar de fútbol?
Hablemos.
¿Cuál estilo?
-Ahora tampoco lo tiene, pero el tema es su equipo, no el
actual.
-Pero así y todo ganamos el último título del club.
Esa es la realidad de nuestro trabajo en cinco meses.
Los cuestionamientos son aceptables, pero aquí no hay nada
subjetivo ni hipotético, es lo que pasó y no lo puede discutir nadie.
Mi tranquilidad es que el club tuvo un resultado positivo,
debuts y beneficios económicos en cinco meses.
Cinco, eh.
-Ponía a jugadores resistidos como Bustos y el Nuno Molina.
-íQué jugadores!
Molina es un jugador bárbaro.
No los querían, pero eran jugadorazos. Era un plantel muy
noble.
Sobre todo porque en el momento difícil que vivía el cuerpo
técnico.
No es fácil encontrar un grupo que no piense "total lo
echan a estos y nosotros seguimos".
-¿Cree que el hincha le reconoce el título que logró?
-Cuando me encuentro con la gente, primero tienen un
recuerdo mío como jugador y después dicen "ah, y la última Copa la ganamos
con vos". Eso es lo que recibo, es la realidad.
Y es irrefutable porque pasó, cerro.-
Publicado por Independiente
Crece

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