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domingo, 18 de diciembre de 2011

Agua bendita




Escrito por: Lucas Sawczuk



No hubo lluvia, pero hubo votos simples, transparentes, con convicción, pasión y sentimiento. Hubo decisiones sabias, profundas, con esencia histórica y esa retórica perteneciente a la esencia del Club Atlético Independiente. No hubo lluvia, pero hubo agua. Porque el agua limpia, purifica…

El agua cruza todos los límites, como la pasión. El agua llega a todos los rincones y arrasa con la mugre, comparable con el sentimiento, el mismo que gana la batalla contra los violentos, que baja las barreras entre el bien y el mal. El agua calma, refresca…

El agua oxigena, hidrata, hace florecer las mejores flores de los jardines más vetustos y oscuros. Casi en hilos, logra filtrarse por los lugares hasta de donde nadie puede o se imagina. Como el hincha, al que le pusieron miles de trabas pero con su opinión, sus agallas y su voto, logró torcer la historia.

El agua hace renacer, da vida. El voto del socio también lo hizo. El agua te cambia un paisaje, y después, con la luz, te hace ver un arco iris lleno de colores brillantes. Quizás, este sea el primer cambio para encontrar ese camino, que seguramente será espinoso al comienzo, pero que puede servir para generar un camino de unidad, de hermandad entre los hinchas que quieren de verdad a Independiente.

Con el agua huyen las ratas, se escabullen, no vuelven. Se enloquecen hasta los seres más extraños y difíciles de la tierra. El agua es sinónimo de transparencia, de asepsia. Desinfecta, energiza, inunda y te saca a flote si sabés moverte a tiempo. El agua empantana a los débiles que intentan jugar con barro.

El agua bendita llegó a Independiente. Le dio un estibo de esperanza de la mano de esos socios que fueron movilizados por el compromiso y las ganas de sacar el club adelante. Que se sintieron tocados en su orgullo y decidieron decir presente en uno de los partidos más complicados en la historia de la institución. Que la historia y la mística los inunde de respeto y regocijo, que los bañe con esa agüita bendita que hoy inundó las urnas de Avellaneda.


Fuente Muy Diablo

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