El presidente de la AFA no completará el mandato y
paulatinamente se convertirá en una figura honoraria; José Luis Meiszner y
Germán Lerche corren detrás del sillón de Viamonte 1366
Julio Humberto Grondona acaba de comenzar a transitar su
noveno mandato al frente de la AFA. Pero es un secreto a voces que no
completará el ciclo, no estará en el sillón presidencial de Viamonte 1366 hasta
octubre de 2015. Progresivamente irá delegando el poder y su figura se
convertirá en más honoraria que fáctica. Entonces, llegará el día sobre el que
tanto se ha especulado: después de Grondona, ¿qué? Mejor: ¿quién? Hasta hoy son
todos grondonistas. Nadie por estos días se atrevería a criticar a Don Julio.
Sólo se escucharán loas. Pero mañana, cuando la sucesión tome un espacio
central, aparecerán los matices. Son fáciles de identificar; surgen dos líneas:
un ala grondoniana, encabezada por José Luis Meiszner, ex presidente de Quilmes
y secretario ejecutivo de la presidencia de la AFA, y otra renovadora o del
interior, liderada por el presidente de Colón, Germán Lerche.
Detrás de cada figura brotan sus laderos. Luis Segura,
Miguel Angel Silva y José Lemme se presentan como la primera línea de respaldo
para Meiszner, mientras que Mario Contreras, Gustavo Ceresa y Salvador Stumbo
son las principales caras visibles que sostienen a Lerche. No aparecen nombres
rutilantes; sí, personas de un perfil casi subterráneo. No es casual, en
absoluto.
Paradójicamente, de los cinco clubes grandes no se eleva
ningún apellido que tenga consenso ni arrastre adhesiones. Ninguno. Y
dirigentes como Fernando Raffaini (Vélez) y Nicolás Russo (Lanús), con buena
imagen y capaces de ofrecer gestiones prolijas y elogiables en sus clubes,
quedaron desactivados por hacer pública en algún momento su oposición a la
inoxidable gestión de Grondona. River, más allá del descenso y con Passarella
al frente, ha quedado desplazado en los pasillos del edificio de Viamonte. Boca,
Independiente y Racing se han concentrado en sus procesos eleccionarios y
dejaron de prestarle atención a la AFA. Y San Lorenzo vive en estado de
ebullición interna. Increíble, pero ninguno de los grandes gravita en esta
historia tan trascendente para el futuro del fútbol argentino. Así se puede
entender que un club del interior que hasta 1995 estaba en el ascenso, como
Colón, puede soñar con elevar a su presidente al máximo sillón. El vacío de
poder -y credibilidad- dejado por los más poderosos explica varios cabos
sueltos.
Detrás de las dos líneas apuntadas, Meiszner y Lerche, no
surge hoy ningún tercero en discordia. Pero todos los dirigentes que hasta aquí
se han mostrado alejados de la situación, como Russo, Enrique Lombardi (el
nuevo conductor de Estudiantes), Carlos Eguiazu (vice, pero mano fuerte de
Rafaela) y el tibio tridente opositor integrado por Raffaini/Bugallo/Lorente,
¿qué posición tomarían? Idealmente, pedirían elecciones. Pero vale aquí aclarar
que el artículo 25 del estatuto de la AFA establece que se puede llamar a
votación sólo en un caso: "Si quedara vacante el cargo corresponderá
elegir presidente por el lapso faltante".
Meiszner, de 65 años, peronista, fiel y leal soldado de
Grondona. La voz legal de la AFA, mano derecha de Don Julio, representa la
política dura de la entidad, el hombre que se acostumbró a aleccionar a sus
pares en varias cruzadas. Si, mañana, la idea es que nada cambie... éste es el
hombre. Si Grondona prefiriese oxigenar la figura presidencial, pero siempre
con alguien de estrecha confianza, escala posiciones Lerche. El presidente
sabalero desde 2006, de 45 años, de extracción radical, no paró de subir
peldaños en las últimas temporadas. Con la gestión en Colón como su carta de
presentación, consiguió que la Argentina jugase en su cancha la Copa América de
este año y ascendió hasta secretario de selecciones nacionales. Una figura
creciente que atrapa las voces del interior del país.
Y el Gobierno, socio activo y vital de la AFA, ¿qué piensa?
¿Esbozó alguna posición, se inclinó por alguien, sugirió un nombre? No. Se
cuidó de no fogonear ningún apellido porque considera que no es necesario
mostrar sus cartas ahora. Esperará que los acontecimientos lo inviten a
participar, nunca antes. Su hombre, el infiltrado futbolístico, siempre ha sido
Aníbal Fernández, jefe de Gabinete, alguien de estrecha vinculación con
Meiszner. Tanto que Andrés Meiszner, hijo de José Luis, es el director del
Renar, el Registro Nacional de Armas. Es decir, está bajo la órbita de
Fernández. Por este lado?, Meiszner tendría un ladero fundamental para sus
aspiraciones, pero Fernández (1° candidato a diputado provincial por el
kirchnerismo) perderá peso en el Gobierno tras las elecciones. Se sabe que
Carlos Zannini, secretario legal y técnico de la Presidencia, pese a su nulo
conocimiento de los recovecos futboleros, ya asumió las funciones -y el poder-
de Fernández. Punto en contra para Meiszner. Aunque Lerche no está mejor: no lo
respalda ningún delfín político, su flanco más vulnerable.
SIEMPRE BIEN ESCOLTADO
Los hombres más alineados a Julio Grondona lo escoltaron
bien de cerca anoche, durante la Asamblea de la AFA. A su derecha e izquierda
se ubicaron José Luis Meiszner y Miguel Angel Silva ("es el hijo varón que
siempre quise tener", confesó alguna vez Grondona sobre el vicepresidente
1° de Arsenal), mientras que Germán Lerche ocupó una posición próxima, pero en
una segunda línea.
Fuente CanchaLlena

No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.