Vicente Muglia, Débora D'Amato y Beto Tisinovich
Elige al Ramón técnico por sobre el Ramón jugador. Y dice
que es joven y le quedan años para tener su chance.
-¿A qué hora te levantás para ir a la práctica?
-A las 6.30 para estar a las 8 en Domínico. Vivo lejos pero
el camino es súper cómodo. Estoy en Nordelta y es mucho más directo que cuando
tenía que ir a San Lorenzo. Tardo menos.
-¿Y qué hacés en el club desde tan temprano?
-Planifico todo el trabajo con mi cuerpo técnico. Desayuno
en el vestuario.
-¿Leés los diarios?
-No. Si ya sé lo que van a escribir, je... En realidad,
cuando llego me alcanzan Olé y otros diarios.
-Hablás poco con los periodistas. Uno de tus maestros,
Menotti, solía charlar más...
-Qué tipo inteligente el Flaco... Es un fenómeno y lo quiero
mucho. Me enteré de que dejó el pucho. Era hora. Hace años debería haberlo
largado.
-Justamente Menotti dice que los técnicos más exitosos son
los que logran mejorar a un futbolista. ¿Coincidís?
-Seguro. ¡Tiene razón! Si no lográs que un jugador mejore en
lo físico, en lo fútbolistico y en lo mental, no sirve. Ahí es donde está el
poder de convencimiento del entrenador.
-¿Vos sentís que ya te despegaste del rótulo de que sólo
podías dirigir equipos con figuras?
-La gente quiere que siempre demuestres más. Nunca alcanza
lo que hacés. Pero es cierto que también quería demostrarme a mí mismo que
podía. Yo en San Lorenzo, después de River, tuve que demostrar que tengo poder
de convencimiento para que un jugador juegue bien y un equipo sea ganador.
-¿Creés que el Ramón que estuvo en San Lorenzo aprendió?
-Yo no tengo nada que aprender, je.
-¿Seguro?
-Naaa... Siempre tengo para aprender. Pero no se olviden que
estoy en el fútbol desde los 9 años. Es lo único que sé hacer.
-¿Te preocupás mucho por saber del rival?
-Quizás antes lo hacía más que ahora. Cuando estaba en
River, no digo que lo inventamos nosotros, pero mandábamos espías a ver a los
rivales. Teníamos gente en todos lados y sabíamos todo. Pero hoy se ve todo por
TV y ya no es tan difícil. Hoy conocés muy bien a los jugadores contrarios, a
los técnicos...
-¿Esta etapa te agarra en tu mejor momento?
-Tengo más experiencia y eso me ayuda a descubrir algunos
defectos para mejorar, por ejemplo. Es una ventaja enorme. Me gustaría mejorar
otras cosas, extrafutbolísticas también.
-¿Cómo qué?
-El marketing del club. Independiente es un club dormido,
pero con un potencial enorme. Es una marca registrada que podés venderla bien.
Pero para eso hay que moverse. A mí me gusta hacer funcionar lo que no
funciona. Me gusta llegar a un club y dejar mi sello, mi estilo.
-¿Y la Selección? ¿Ya pasó tu momento?
-¡Para nada! Yo no pierdo la expectativa. Cómo me voy a
bajar de la Selección si pienso dirigir hasta los 70 años. Soy muy joven y
tengo muchas ganas. Recién tengo 51, bah, 52, je...
-¿Con tu curriculum ya te alcanza o necesitás ganar algo con
el Rojo?
-No sé. Hay entrenadores que quizá les tocó dirigir la
Selección sin grandes éxitos previos... Hoy pienso en Independiente pero no
descarto la chance.
-¿Con cuál te quedás? ¿Con el Ramón Díaz jugador o el
técnico?
-Con el técnico. Me gusta más. Como jugador uno es más
egoísta. Yo jugaba bien, hacía un gol y me iba a mi casa. Ser entrenador es
otra cosa. Me encanta dirigir, estar en la parte organizativa, tratar de
cambiar de afuera las cosas que adentro se hacen mal. Dirigiendo soy feliz.
Fuente Olé
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