Banfield de festejo. Independiente lo mira.
Gómez y
Ferreyra saltan a abrazarse.
Lucas
Guerrero - lguerrero@ole.com.ar
En un ST de
lujo, Banfield abusó de Independiente: 3-0 con dos de Ferreyra y un golazo de
Acevedo. Del Rojo de Díaz, que sufrió la expulsión de Velázquez -debería haber
sido echado Achucarro-, poco y nada...
"La
gente de Independiente ya me ama". Histriónico como siempre, Ramón Díaz le
contó a Olé sus sensaciones en el Rojo antes del partido contra Banfield. El
amor, dicen, es ciego. Mejor así: muy feo lo que se vio del equipo del riojano
en el 0-3 contra el Taladro...
En el
primer tiempo hubo poco de los dos lados: apenas un cabezazo de Parra de
entrada y algunas escaladas por los costados sin finales de Banfield. Pero a
los 30', el partido cambió: Velázquez reaccionó ante un golpe de Achucarro, le
tiró un tonto patadón y el árbitro Vigliano decidió, erróneamente, expulsar
sólo al defensor de Independiente. Al hombre de menos se le sumó el mensaje que
vino desde el banco: Ramón sacó a Núñez a los 38' para mandar a la cancha a
Matheu. Defensor por delantero...
Así,
Independiente salió a jugar el segundo tiempo con excesiva prudencia. Y
Banfield se animó. Con la dinámica de Jonathan Gómez y la recuperación de
Carboni en el medio. Y con Ferreyra: en una ráfaga de cinco minutos, el Chucky
metió dos gritos, primero a los '8 y luego a los '13. El segundo, un fierrazo
bien arriba.
A partir de
ahí, con la tranquilidad de la ventaja de dos goles y el hombre de más, el
Taladro se hizo dueño del partido y, salvo por un tiro libre de Marco Pérez que
dio en el travesaño, no sufrió complicaciones. Acevedo cerró la goleada con un
gol para un cuadrito, colocándola por encima de Assman. Y la fiesta podría
haber sido mayor: a Banfield le anularon tres goles en offside, todos
correctamente.
Banfield ya
disfruta de la mano de La Volpe, salió del fondo de la tabla y, convencido de
una idea, es dinámico y compacto. Aunque le falta peso en ofensiva, tuvo contra
el Rojo a un inspirado Ferreyra, movedizo y punzante. También tiene las
excentricidades del Bigotón: el DT hizo los tres cambios permitidos en tres
minutos... En el Rojo, todo al revés: muy poco de sus delanteros, cambios
defensivos apresurados de Ramón Díaz y groseras fallas defensivas, ya una
constante en el semestre. A volver a enamorar, entonces.
Fuente Olé
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