El Rojo no pudo imponer condiciones y terminó 0-0 frente a
los de Sarandí en un choque aburrido que cerró la actividad del sábado y que no
le sirvió a ninguno para escalar posiciones en la tabla.
Tedioso y soporífero resultó el encuentro que animaron en la
noche del sábado Independiente y Arsenal en el estadio Libertadores de América.
El 0-0 fue la mejor forma de graficar el juego mostrado por ambos equipos. Sin
embargo, la igualdad le sentó mucho más incómoda al local, dado que venía de
una derrota dura con Banfield y, ante su gente, siguió sin encontrar respuestas
futbolísticas ni reacción.
Los de Ramón Díaz ofrecieron poco y nada y se las ingeniaron
para no inquietar seriamente ni una sola vez en todo el desarrollo a Cristian
Campestrini. Matías Defederico y Patricio Rodríguez no aportaron ideas, el
frente de ataque apenas si pudo pisar el área contraria y todo se redujo a la
intrascendencia del mediocampo, en donde ambos conjuntos se prestaron el balón.
Recién a los 23 minutos del primer tiempo Nicolás Aguirre
rompió el hielo con un disparo cruzado y desviado en favor de los de Gustavo
Alfaro, pero nada más sacudió la modorra en el segmento.
Así las cosas, el complemento estuvo de más, al son de los
cambios que no le funcionaron al riojano (Diego Churín y Facundo Parra poco
hicieron para torcer la historia) y a un paulatino conformismo visitante.
Recién a los 42 Mauro Obolo obligó al esfuerzo a Fabián Assmann con un
cabezazo, pero por fortuna para el espectador ya faltaba poco para el final del
bodrio.
Los silbidos que acompañaron al Rojo rumbo a las duchas lo
expresaron todo. Este no es el semestre de Independiente, que ve como se hunde
en la mitad de la tabla sin tirar siquiera un manotazo para escaparle a la
mediocridad. Arsenal, en cambio, atesoró el punto sin esfuerzo, porque no le
viene mal para el promedio y porque todavía le queda otra esperanza: la
Sudamercana.
Fuente T&C Sport
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