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domingo, 23 de abril de 2023

Opinión - O nos unimos o nos hundimos



Por Federico Conditi

Independiente sufre en particular la misma crisis que atraviesa al país en general: la división política y los intereses personales impiden el desarrollo de cualquier proyecto a largo plazo que haga viable el futuro del club, tanto en lo económico como en lo deportivo. Es importante entender dónde radica el problema, porque sin un diagnóstico correcto no vamos a poder alcanzar las soluciones necesarias.

 

Que no nos confundan, Independiente no es un club inviable económicamente e inevitablemente deficitario. Más allá de nuestra rica historia que nos permite contar con una marca de una potencialidad enorme, somos el club con el estadio más nuevo del fútbol argentino, el cual cuenta con la mayor cantidad de palcos de todo el país (204), el tercero en socios (85 mil activos) y el club con más Peñas en el resto de la Argentina. Pensar que Independiente es inviable es un ejercicio de autoengaño. Si así fuera, no se habrían sumado más de veinte mil socios activos en menos de 45 días.

 

Lo primero que tenemos que hacer los hinchas de Independiente es recuperar la autoestima, seguimos siendo el club más grande de América y muchos de los que disfrutan este momento lo hacen por el temor a vernos de pie y lo que representamos: un club que construyó la primera cancha de cemento de América, que conquistó el continente y el único que le peleó de igual a igual su lugar en la historia a Boca y a River. ¡Quien nos convenció de que Independiente no tiene futuro o es inviable?

 

¿Cuál es la salida? Cómo primer paso, dejar de lado las diferencias políticas y acordar puntos de unidad que nos permitan comenzar a caminar todos juntos. Como segundo paso, comenzar a asumir que quizá estemos algunos años más sin festejar títulos para desarrollar un proyecto a largo plazo que nos permita ser campeones una vez que estemos económicamente e institucionalmente ordenados.

 

Por último y fundamental, tenemos que volver a unir a la familia roja y eso comienza por nuestras glorias. No podemos seguir expulsando a nuestros ídolos. Es un pasivo enorme que nos cierra infinidad de puertas que estén alejados del club los Milito, Aguero, Gustavo López o Mondragón, por solo citar algunos ejemplos. Tenemos que trabajar para que cada uno, desde su lugar y sus posibilidades, esté cerca del club y vuelva a sentirse parte de la familia Roja. Ayudando a recuperar y transmitir esa identidad de grandeza que hoy parece lejana.

 

Que no nos confundan, no hay que rematar ni gerenciar nada, tampoco la salida será algún grupo económico, extranjero o local, que quiera que recuperemos la esperanza hipotecando el sentimiento. Si alguien tiene esas siniestras intenciones, los socios y socias de Independiente no se lo vamos a permitir.

 

El dilema no es Sociedad Anónima o quiebra. El desafío es cómo volvemos a unir a la familia Roja para generar un proyecto serio, que nos permita volver a ser el Independiente que los que bordeamos los 40 años alguna vez conocimos.

 

La división nos llevó hasta este triste presente, es hora de unirnos para volver a ser.


Por Federico Conditi  - Socio N° 28690

 

 

Fuente Soy del Rojo

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