¡La gran actuación del arquero que siempre estará en los
corazones de los hinchas de Independiente!
El 28 de noviembre de 2004 fue uno de los días más tristes
en la era moderna para todo Independiente.
Lamentablemente y de forma inexplicable, Lucas Molina
falleció mientras dormía en su casa. Quienes lo conocieron lo describen como un
excelente compañero, una gran persona y un arquerazo con proyección mundial.
Los hinchas del Rojo guardan un gran afecto y un gran respeto por él.
Su debut se dio el 30 de octubre de 2003, a raíz de la
lesión de Damián Albil.
Ingresó a los 27′ del primer tiempo, en la caída por 1-0
contra Vélez, en la Doble Visera. Fue Osvaldo Chiche Sosa quien optó por el arquero
que hizo todas las inferiores en el Rojo y que participó de la Selección
Argentina Sub 17 y Sub 20.
Su actuación más brillante fue el 2 de noviembre de 2003,
casi un año antes de su trágica muerte por un paro cardio respiratorio no
traumático.
Aquella tarde calurosa en la Bombonera fue inolvidable: el
pibe la rompió contra el Boca de Carlos Bianchi y fue vital para el empate 0-0.
Haciendo simple lo complejo, muy atento, con una actitud bárbara, llenando de
seguridad a sus compañeros y quedándose con pelotas realmente difíciles.
Tras ese enorme desempeño, llegó el traspié frente a
Chacarita. Derrota 3-0 como local, con penal de Molina que le permitió al
Funebrero abrir el marcador.
También jugó el Clásico de Avellaneda en el Cilindro, que
terminó 1-1 con gol de Damián Manso. Su última actuación con el escudo del Rey
de Copas fue en otro empate sin goles, pero ante Lanús.
Atajó cinco encuentros, recibió cinco goles y tuvo dos
vallas invictas.
¡Siempre en la memoria de la hinchada roja!
Fuente Infierno Rojo


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