El técnico deberá apostar a la cantera. (Foto: Prensa
Independiente)
Por Favio Verona
En Independiente no habrá demasiados recursos para traer
muchos refuerzos en los próximos mercados de pases, pero Pusineri no se alarma:
en lo que va de la era Moyano, al club le fue mejor cuando menos gastó para
incorporar.
Menos inversión, más resultados. La ecuación parece ilógica.
Improcedente. Pero el fútbol no siempre se rige por las matemáticas. La vieja
teoría de la dinámica de lo impensado cobra vigencia con algunos ejemplos. El
caso de Independiente es uno de ellos. Desde que Hugo Moyano asumió la
presidencia a mediados de 2014, al Rojo le ha ido mucho mejor cuando gastó
menos en los mercados de pases que cuando puso sobre la mesa grandes sumas de
dinero para incorporar futbolistas. Lo que queda en evidencia es que la plata
no siempre estuvo bien gastada, aunque el hecho representa un pequeño aliciente
para Lucas Pusineri. Al entrenador no le trajeron ningún refuerzo en el último
mercado de pases. Y en el próximo el panorama no cambiará demasiado: la crisis
económica, agudizada por el parate del fútbol, impedirá realizar grandes
erogaciones. Se impondrá la necesidad de mirar hacia la cantera, algo que el
técnico ya puso en práctica. Alan Velasco, Brian Martínez, Lucas González y
Alan Soñora son futbolistas surgidos de las Inferiores que han tenido un buen
desempeño en lo que va del ciclo de Pusi. El DT está en contacto permanente con
el coordinador general de las categorías formativas, Fernando Berón, para
seguir planificando la promoción de la materia prima que hay abajo.
En lo que va de la era Moyano, Independiente gastó
73.935.000 dólares para sumar 57 futbolistas. Quien más gastó fue Ariel Holan:
u$s 29.1000.000. Lo siguen Sebastián Beccacece (16.500.000), Jorge Almirón
(13.100.000), Mauricio Pellegrino (10.700.000) y Gabriel Milito (5.500.000).
En los dos mercados previos a la obtención de la
Sudamericana de 2017, el mejor momento futbolístico de la presidencia del líder
camionero, el Rojo gastó apenas 1.300.000 dólares para traer a Emmanuel
Gigliotti de Chongqing Lifan de China y por Gastón Silva hubo que desembolsar
u$s 1.600.000. Nicolás Domingo, Walter Erviti, Fernando Amorebieta y el Burrito
Martínez llegaron libres. Luego de la vuelta olímpica en el Maracaná, en los
siguientes tres mercados de pases, Holan pidió 14 refuerzos por los que hubo que
pagar 26.200.000 dólares. En ese lapso se abonaron los tres pases más caros de
la historia del club: 6.000.000 por Cecilio Domínguez, 4.200.000 por el 70% de
Silvio Romero y 4.200.000 por el mismo porcentaje de la ficha de Fernando
Gaibor. La apuesta no tuvo los resultados esperados: el rendimiento del Rojo
bajó y apenas levantó la Suruga.
Algo similar había sucedido en el primer tramo de la estadía
de Almirón, quien en su primer mercado llevó a invertir u$s 3.050.000 para
reconstruir un equipo que venía de la B Nacional. Con esa módica inversión
finalizó cuarto en el torneo de Transición. En el siguiente receso se
invirtieron 10.500.000 verdes por nueve jugadores y el equipo cayó en picada.
Lo mismo le pasó a Pellegrino: a mediados de 2015 el Rojo
desembolsó 3.900.000 dólares para acercarle a cuatro futbolistas y el equipo
tuvo un semestre aceptable. En el verano de 2016 el club puso 7.800.000 para
incorporar a otros cuatro jugadores, pero Independiente se desplomó a pesar del
esfuerzo económico. Milito sólo le hizo gastar al club 5.500.000, pero trajo a
piezas clave para ganar la Sudamericana: Maxi Meza y Sánchez Miño. E hizo
debutar a Ezequiel Barco. Y Sebastián Beccacece, quien hizo una apuesta de
16.500.000 en un sólo mercado, no pudo completar ni un semestre, ya que apenas
duró 16 partidos.
Los números no mienten: Independiente ganó más cuando supo
optimizar los recursos disponibles para gastar menos y cuidar la caja.
Fuente Olé
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