Por Pascual Gustavo Pietropaolo
Compromiso, actitud e intensidad... ¡ Está faltando un
adjetivo !
¡ Con el, la pelota vuelve a rebotar y un 2019 como ese 2017
no es utópico !
Cambió respecto al 2017, se reinventó y no está mal, después
de tener un año orgullosamente INDEPENDIENTISTA, por juego, estilo y
resultados, el nuevo año trajo bajas entendibles en el plantel, después de
haber coronado el año pisando el Maracaná a lo INDEPENDIENTE, las ofertas y el
deseo de los jugadores de emigrar y progresar en lo económico, sumado a algunos
cambios de nombres en el cuerpo técnico, puso a la dirigencia y sobre todo a
Ariel Holan en el desafío lógico de hacer sentir al socio e hincha Rojo
nuevamente representado por el equipo.
Y llegaron jugadores de diversas características, titulares,
recambios, y apuestas para adaptarlos y proyectarlos. Todo estudiado y
previsto, pero la pelota no rebota. El equipo tiene tenencia desde muy atrás
con los defensores, lateraliza, busca, por un lado, va por el otro, vuelve para
atrás, carga a los defensores con responsabilidades que van más allá de la
marca, juega seguro y de forma previsible, te dice: “venÍ a buscarme”, se hace
largo para que vengan y ahí sí, sale la pelota recta, vertical, en busca del
volante o delantero para que de espaldas la rebote y pase de frente el otrora
lanzador, Pero la pelota no rebota. Y ahí se complica, no el equipo, sino el
juego, mucha gente en pocos metros de césped y volvemos, corremos de atrás, se
recupera, y otra vez, si no sale el pase vertical, si no se ve el receptor
rebotero, salimos largo por el costado tratando de ganar la espalda del
defensor que juega mano a mano con una de nuestras tres puntas.
Si la redonda vuelve, el equipo esta largo, y no hay doble
cinco, el de marca queda lejos de la pelota, se desdobla, llega justo, va al
piso, los volantes externos no tienen referentes para asociarse. Te estudiaron,
te cortan la trayectoria del posible pase, y el partido no se abre, y el
“débil” se agranda, esta de frente, lo que uno busca al rebotarla, jugar con el
que llega e ir superando líneas, ahora lo hace el contrario, por decantación,
sin rebotarla, con posiciones quizá más fijas, previsibles, pero están mano a
mano con espacios y con los que fueron a buscar ese rebote volviendo
desesperados. Hay compromiso, actitud e intensidad, quizás a estas tres
palabras habría que agregarle confianza, para rebotarla convencido, para jugar
con ese posible rebote y arriesgar, pero sobre todo para que el de la tribuna
siga creyendo y soñando con un 2019 semejante al 2017.
Fuente Emoción Roja
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