En Bahía Blanca, empató 1-1 con Olimpo, con goles de Leandro
Fernández para la visita y de Luis Vila para el aurinegro
Por Ariel Ruya
Leandro Fernández anota el gol del Rojo en Bahía Blanca.
Foto: Télam
BAHIA BLANCA.- Independiente, por ahora, es una sana
búsqueda, una formación audaz en construcción. Buenas intenciones, malas
resoluciones. El empate 1-1 contra Olimpo -entretenido y vivaz-, lo define a la
perfección. Independiente está a mitad de camino. Lo que quiere viaja en una
dirección. Lo que puede, por ahora, no siempre marca el mismo pulso. Leandro
Fernández abrió el marcador con un zurdazo preciso; empató Luis Vila, con un
derechazo con alma y vida.
Independiente exhibió en esta ciudad su cuerpo, pero la
mente se quedó en Avellaneda. Con Bustos, Domingo, Erviti y Barco en tiempo de
espera, para el desafío estelar, previsto para el martes próximo, en
Avellaneda. Se trata del desquite de los octavos de final de la Copa Sudamericana,
ante Atlético Tucumán, que anoche tuvo una errática tarea en la derrota contra
Vélez por 2 a 0. El antiguo rey de copas, sin embargo, no puede confiarse: en
el primer choque, perdió por 1 a 0, con una deslucida actuación. Tiene, eso sí,
un cuerpo técnico astuto y un plantel recargado, para reencontrarse con el
sabor del campo internacional. Algo así como volver a su esencia.
Ariel Holan transformó la táctica y los apellidos de esa
noche errática y, con el juego de viejas épocas, se impuso con clase de salón a Huracan por 3 a 1. Y anoche, convencido de que el campeonato apenas
arranca y la urgencia es internacional, creó una estructura sin piezas
esenciales, con la frescura de algunos caudillos, que se presentaron en
Independiente con ímpetu. Por ahora, sin embargo, están a medio camino.
Jonas Gutiérrez, de 34 años y Fernando Amorebieta, de 32,
tuvieron una nueva oportunidad. En un costado, esperan Nicolás Domingo (32),
hoy, un imprescindible, y Juan Manuel Martínez (31), por ahora observado con
cierto recelo, porque su destino parecía estar en Arsenal o en la MLS. Jonas
actuó como número 4, una posición que conoció en una extensa etapa en el
seleccionado y Amorebieta, luego de una interesante trayectoria en España e
Inglaterra, busca reencontrarse con su mejor versión; salió con una molestia en
el tobillo izquierdo. Tiempistas y aguerridos, están en deuda.
Otro caso, muy interesante, es el de Rodrigo Moreira, un
zaguero, de 21 años que volvió al Rojo, que mide 1,85m, de paso rutilante por
San Martín, de Tucumán. En la Primera B Nacional, marcó ocho goles. "Los
técnicos que tuve en Independiente -Gabriel Milito, Jorge Almirón y Mauricio
Pellegrino-, siempre me dieron la licencia para irme al ataque cuando lo viera
conveniente. A ellos les gusta que los centrales siempre salgan jugando y que puedan
aparecer por sorpresa. Esto me dio la chance de convertir varios goles. Y
Cagna, en San Martín, también me motivó", contó, días atrás. Es un
proyecto interesante, más allá de algunas licencias que ofreció ante Olimpo.
Independiente pudo ganar, también pudo perder. El espectáculo ofreció tensión
hasta el final. La Superliga atrapa: por ahora, no hubo ni un 0-0.
Fuente Cancha Llena
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