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miércoles, 29 de marzo de 2017

Esto con Grondona no pasaba, pero esto pasa por Grondona

Por Facundo De Palma


Golpe de gracia. Marcelo Martins saca el derechazo que se convirtió en el 2-0 para Bolivia, un resultado irremontable para Argentina.

La frase “esto con Grondona no pasaba”, por el poder que el ya fallecido patrón había amasado en la FIFA, retumbó ayer de un coro de bocas flojas cuando se supo de la sanción a Lionel Messi. Ellos, los socios del club Defensores de Don Julio, no recuerdan que con Grondona la AFA sufrió el golpe más duro en la historia de los Mundiales, cuando a Diego Maradona le cortaron las piernas en Estados Unidos. 

Corrección revisionista aparte, este presente del fútbol argentino sucede, qué duda cabe, por culpa de Julio Grondona, el arquitecto de una generación de dirigentes con dudosa capacidad para timonear la AFA.

Ayer, antes de la derrota y de que Argentina volviera a quedar en zona de Repechaje (como le pasó a Grondona en 1993), surgieron las teorías conspirativas. ¿De la FIFA? No, dentro de la propia AFA. Que la suspensión para Messi fue urdida en Zurich porque el representante argentino allá es el presidente de River, opositor al gobierno que desembarcará hoy en Viamonte de la mano de Claudio Tapia con el padrinazgo de Daniel Angelici.

En ese contexto, también parece ser Marcelo Tinelli un salvavidas de plomo para Edgardo Bauza: la empatía entre el técnico y el dirigente, arquitectos del primer campeón de América en San Lorenzo, es uno de los motivos que convierte al Patón en un blanco fácil de la nueva conducción de la AFA. Sería difícil apuntarle a Bauza si hubiese sumado aciertos, pero el DT aportó un inventario de argumentos para que se dude de su continuidad: de lo poco que se le puede acreditar, está haber convencido a Messi de volver a la Selección, si es que efectivamente hizo algo para que Leo deshiciera su renuncia.

Previo a esta doble fecha que termina con una cosecha de tres puntos sobre seis posibles pero sensaciones negativas, se vio el apuro de Tinelli de asumir como presidente de la Comisión de Selecciones. Y de pronto se encontró en la peor foto. Pero el vicepresidente de San Lorenzo desconfiaba (y desconfía) de cuánto se respetará el acuerdo sellado con Tapia y Angelici por el reparto de poder en el fútbol. No hay certezas de que se cumpla con que la AFA irá para un bando, y la Superliga y la Selección para el otro. Es más: es difícil augurar si la Superliga nacerá en agosto.

Pero había pocos problemas y a Messi se le ocurrió insultar a viva voz a un árbitro asistente en medio del Monumental, con el mundo entero como testigo. Justo antes de jugar en La Paz ante Bolivia. Todo en contra. Es cierto que en el Barcelona lejos está Leo de acumular el nivel de estrés que se le genera en la Argentina, pero acá explotó con ínfulas maradonianas. Messi no fue víctima de la FIFA, sino de su propia impotencia.

Y maradoneó cuando no debía hacerlo. Los jugadores no hablan con la prensa; el DT no le encuentra la vuelta a un plantel gastado; los futbolistas miran de reojo al técnico; la Comisión Normalizadora se despidió con un golpe durísimo; los dirigentes conspiran contra sus aliados; la Conmebol y la FIFA le perdieron el respeto a la AFA porque muchos dirigentes del continente y el mundo dicen haberse liberado del yugo de Grondona... Y ahí volvemos: si efectivamente se quiere instalar un nuevo orden, lo último que se puede hacer es reivindicar a Grondona. Su legado es este presente, en el que cada vez se está más cerca de desperdiciar el as de espadas; sólo Bauza, el técnico en la cornisa, puede imaginarse campeón en Rusia.

Y Messi cumple 30 años en junio.

La nueva dirigencia, que en su mayoría creció en el fútbol viendo el anillo de Todo Pasa, debería al menos por dos años evitar la frase “esto con Grondona no pasaba”.



Fuente Clarín

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