En Europa, los delanteros suelen estar encendidos; de este
lado del Atlántico, la selección los devalúa; apenas15 goles marcó el equipo de
Bauza en 13 fechas; Messi lidera el registro con cuatro?, pero dos fueron de
penal,uno de tiro libre y otro porque se desvió en un rival; síntomas y
consecuencias de un sistema que no los protege
Por Cristian Grosso
Foto: Télam
La Argentina tuvo tres ocasiones de gol en la final del
mundo 2014 contra Alemania y Gonzalo Higuaín, Lionel Messi y Rodrigo Palacio ni
acertaron al arco. La selección pasó por las dos definiciones de las Copas
América sin convertir en 240 minutos. En la tabla de posiciones de las
eliminatorias para Rusia 2018, apenas Paraguay y Bolivia festejaron menos
goles. ¡Sí, Venezuela desde su último lugar ofreció un mayor cañoneo! Edinson
Cavani lidera los artilleros con 9 gritos, y Messi es el mejor argentino con cuatro?,
pero dos fueron de penal, uno de tiro libre y otro porque se desvió en un
rival. ¡Increíble: todavía no convirtió de jugada! Síntoma de una selección que
se apaga, que se arrastra. Que se decolora. Que hasta devalúa ese sello que el
mundo admira y envidia: la pólvora de futbolistas que atropellan en las más
poderosas ligas del planeta.
Las eliminatorias retratan el desenfoque. El repaso comienza
en la etapa de Gerardo Martino, que se acentuó con el desembarco de Edgardo
Bauza? Con un grito de Lucas Biglia la selección ganó en Barranquilla. Un tanto
de Gabriel Mercado le dio la victoria a la Argentina ante Chile, en Santiago.
También Mercado abrió el triunfo frente a Bolivia, en Córdoba. Fue Nicolás
Otamendi el que rescató un empate contra Venezuela a minutos de la vergüenza.
Ramiro Funes Mori hizo el primero en Lima en la igualdad con Perú.
Apellidos
para nada fantásticos? Apenas 15 goles marcó la Argentina en 13 fechas.
¿Higuaín? Uno. ¿Di María? Dos. ¿Agüero? Ninguno. Hace tiempo Ezequiel Lavezzi aportó
uno y hace poco, Lucas Pratto, dos. Punto. No hay más.
La tabla de flotación de la Argentina sigue siendo Messi,
aún con partidos tibios como ante Chile y con su desinflada cuota goleadora, él
sigue siendo el garante. Él participó en seis partidos rumbo a Rusia 2018 y el
equipo cosechó 15 de los 22 puntos (68%) que lo depositan en el tercer lugar de
las posiciones; ausente él en las otras siete fechas, la recompensa se redujo a
siete unidades (32%). La influencia es evidente. La messidependencia, absoluta.
Messi encabeza la lista de goleadores en la actual temporada
española, mientras Cristiano Ronaldo y Luis Suárez lo persiguen. Higuaín,
recordman histórico del calcio, acecha entre los capocannonieri de la liga a
Andrea Belotti (Torino). El Kun Agüero trae una secuencia letal en la Premier
League que ya lo ubica entre Harry Kane, Ibrahimovic, Dele Alli y Diego Costa
en la tabla que gobierna Romelo Lukaku (Everton). No hay dudas: en Europa están
encendidos. De este lado del Atlántico, no.
La selección los devalúa, sí. Para la nacion, el promedio de
Agüero en las eliminatorias apenas alcanza los 4 puntos. Di María trepa a 5,15
e Higuaín registra 5,33. Muy por debajo de lo que se espera de ellos. Parecen
parientes lejanos de las imágenes dominantes que llegan por TV. Pisan Buenos
Aires y extrañan un funcionamiento que refugie sus malos partidos y potencie
sus buenas producciones. Por eso están a la intemperie. Contra Chile no les
faltó rebeldía ni dejaron de perseguir rivales hasta asumir tareas bien defensivas:
lo que extrañaron fue un tejido colectivo que los acerque a sus virtudes.
Quizá ya no tengan que jugar. Ni todos, ni siempre, ni
juntos. Probablemente Los 4 Fantásticos pertenezcan al pasado. Vale apuntar que
si Paulo Dybala hubiese estado pleno físicamente, los cuatro de siempre no se
hubiesen reencontrado.
Aun polémico, Bauza tiene que atender sus convicciones más
auténticas de una vez por todas. Ya no puede repetir un libreto ajeno ni
proponer algo en lo que no cree. La traición lo arrastra. Bauza debe elegir las
piezas que crea convenientes para su idea, pero espantado por las urgencias y
las presiones en la tabla sigue demorando el perfil de equipo que quiere. Ha
mostrado muchos y, en definitiva, ninguno.
Pierden todos: Bauza se debilita, los
futbolistas decepcionan y la selección atrasa. "Confío en este plantel a
muerte", repite el entrenador. La inmolación pública es apenas efectista.
No alcanza. Convencerlos de una idea es imprescindible para que ellos confíen a
muerte en él.
Lo concreto es que Los Fantásticos no rinden. En definitiva,
este mediocre registro goleador en las eliminatorias no es sólo la consecuencia
de individualidades que naufragan en el cruce transoceánico. Las razones son
más variadas y de fondo. Sin abastecedores, sin circuitos, sin sociedades, todo
colapsa. A la selección de Messi, Higuaín, Agüero y compañía le falta gol.
Parece una burla. O el emergente de una confusión que extravió los arcos.
Fuente Cancha Llena
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