En estos días, se cumplieron tres años de la renuncia del
peor presidente de toda la historia de Independiente: Javier Cantero.
Un presidente que llegó a ejercer ese cargo sin la más
mínima formación dirigencial (antes, no había ocupado jamás ningún cargo en el
club, ni en comisiones directivas ni tampoco como representante de sectores
opositores) y cuya notable incapacidad llevó al club a afrontar su mayor
vergüenza de sus gloriosos 112 años de vida: Su único descenso.
Cantero no militó en alguna lista tradicional haciendo
carrera y aprendiendo de sus compañeros más experimentados, sino que se lanzó a
través del (mal) uso de las redes sociales, explotando a su favor un
descontento (que supo incrementar) contra la anterior gestión. Para lograr tal
objetivo, su sector acudió al uso de operadores de redes sociales conocidos
como "trolls", con el doble objetivo de aprovechar el anonimato para
agraviar impunemente y a su vez generar sensación de mayor presencia a través
del uso de muchas de esas figuras.
La verborragia seductora de Cantero mientras era opositor,
se deshizo como un castillo de naipes al llegar al poder, donde exhibió una
incapacidad dirigencial absoluta, una falta total de conocimiento del medio
donde se debía mover, y especialmente una deficiencia alarmante a la hora de
generar recursos.
Sabido es que todos los proyectos necesitan recursos que los
sostengan. Sin recursos, los proyectos no pasan de ser meras palabras o
expresiones de deseos.
La falta de gestión de Cantero, llevó por ejemplo a
desperdiciar a un jugador como Julian Velázquez, zaguero central joven y en su
momento muy codiciado, por el cual había interés de varios clubes europeos.
Cantero decidió venderlo al Genoa, de dudosa fama en cuanto a solvencia, sin
pedir los correspondientes avales a los pagos. Esto, por supuesto, generado en
su total desconocimiento sobre como gestionar transferencias internacionales.
(Más aún: La FIFA multó a Independiente por el mal uso del TAS). Finalmente, la venta (en un principio
estipulada en U$S 4.500.000) se deshizo, el jugador volvió destruido, y al
finalizar su contrato quedó libre. ¿El perjudicado? Por supuesto, el Club
Atlético Independiente.
La misma inexperiencia en gestión, hizo que Cantero regalara
el 50% del pase de Patito Rodríguez, de quien vendió una mitad, pero no supo
instrumentar el reaseguro para la otra mitad. Al final, el jugador quedó libre,
y por supuesto, independiente vió como su derecho al otro 50% se hacía trizas.
Envalentonado por una azarosa victoria ante Boca, Cantero
confirmó a Cristian Díaz como DT del primer equipo, apurándose a firmarle un
extenso contrato. "Está bastante capacitado" dijo en su momento. Pese
a que los resultados eran espantosos, aún así lo sostuvo en el último mercado
de pases previo al descenso. Así es como llegaron al club un cúmulo de
jugadores lesionados, fundidos y prácticamente retirados, como ser Víctor
Zapata, Johathan Santana (mediante complicadas "triangulaciones"
jamás aclaradas), Luciano Leguizamón, Eugenio Morel, Cristian Tula (todos ellos
superaban largamente los 33 años) o los inexpresivos Russo y Rosales. Solamente
Vargas (también veterano por entonces) rindió en alguna medida, aunque por sus
viajes a Colombia y sus lesiones fue más lo que estuvo fuera de la cancha que
adentro. La conclusión de esto, fue el descenso.
No solamente lo deportivo fue desastroso: el club no tenía
recursos para mantenerse abierto. No se pagaban los servicios básicos, no se
realizaba el más mínimo mantenimiento a los predios (Domínico era tierra de
nadie e incluso el DT Brindisi fue asaltado allí mientras brindaba un
reportaje), mucho menos se trabajaba en obras o en la terminación del estadio,
y todos los contratos (suntuosos) que firmaban, eran a pagar por otro en otro
momento. Por supuesto, tampoco queda claro el modo como se le reconocieron al
secretario administrativo de esa gestión créditos a altas tasas de interés por
dinero cuyo ingreso no consta tampoco.
Con el equipo navegando en media tabla en el Nacional B, y
con el club permanentemente vallado y con custodia policial, Cantero comprendió
que su aventura dirigencial no daba para más y renunció.
Desde su salida, y tras un breve interinato del
vicepresidente de esa gestión (Claudio Keblaitis), el club comenzó a
recuperarse gracias al aporte de emergencia realizado por la Agrupación
Independiente. Recuperación que se acentuó al llegar al gobierno la actual
gestión encabezada por Hugo Moyano, la cual estabilizó al club en lo económico,
avanzó notablemente en el tema obras (las fotos muestran la terminación del
estadio, la remodelación total del Gimnasio Bottaro y la construcción del
centro de alto rendimiento de Domínico) y logró en lo deportivo un piso muy por
encima de la dignidad, y cuyo progreso, a través de la aparición de varias
jóvenes figuras más la tenencia de un plantel de jugadores propio, parece estar
asegurado.
Por eso, recordamos lo sucedido. Por la memoria roja. No
queremos utilizar palabras propias de otros ámbitos que también recuerdan
fechas conmemorativas, dada la mucha mayor gravedad de las mismas respecto del
alcance de este modesto blog. Pero si deseamos que estas cosas nunca más
ocurran en Independiente.
Fuente Independiente Sin Censura
Fuente Independiente Sin Censura
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