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sábado, 25 de marzo de 2017

El día de la memoria Roja


En estos días, se cumplieron tres años de la renuncia del peor presidente de toda la historia de Independiente: Javier Cantero.

Un presidente que llegó a ejercer ese cargo sin la más mínima formación dirigencial (antes, no había ocupado jamás ningún cargo en el club, ni en comisiones directivas ni tampoco como representante de sectores opositores) y cuya notable incapacidad llevó al club a afrontar su mayor vergüenza de sus gloriosos 112 años de vida: Su único descenso.

Cantero no militó en alguna lista tradicional haciendo carrera y aprendiendo de sus compañeros más experimentados, sino que se lanzó a través del (mal) uso de las redes sociales, explotando a su favor un descontento (que supo incrementar) contra la anterior gestión. Para lograr tal objetivo, su sector acudió al uso de operadores de redes sociales conocidos como "trolls", con el doble objetivo de aprovechar el anonimato para agraviar impunemente y a su vez generar sensación de mayor presencia a través del uso de muchas de esas figuras.

La verborragia seductora de Cantero mientras era opositor, se deshizo como un castillo de naipes al llegar al poder, donde exhibió una incapacidad dirigencial absoluta, una falta total de conocimiento del medio donde se debía mover, y especialmente una deficiencia alarmante a la hora de generar recursos.

Sabido es que todos los proyectos necesitan recursos que los sostengan. Sin recursos, los proyectos no pasan de ser meras palabras o expresiones de deseos.

La falta de gestión de Cantero, llevó por ejemplo a desperdiciar a un jugador como Julian Velázquez, zaguero central joven y en su momento muy codiciado, por el cual había interés de varios clubes europeos. Cantero decidió venderlo al Genoa, de dudosa fama en cuanto a solvencia, sin pedir los correspondientes avales a los pagos. Esto, por supuesto, generado en su total desconocimiento sobre como gestionar transferencias internacionales. (Más aún: La FIFA multó a Independiente por el mal uso del TAS).  Finalmente, la venta (en un principio estipulada en U$S 4.500.000) se deshizo, el jugador volvió destruido, y al finalizar su contrato quedó libre. ¿El perjudicado? Por supuesto, el Club Atlético Independiente.

La misma inexperiencia en gestión, hizo que Cantero regalara el 50% del pase de Patito Rodríguez, de quien vendió una mitad, pero no supo instrumentar el reaseguro para la otra mitad. Al final, el jugador quedó libre, y por supuesto, independiente vió como su derecho al otro 50% se hacía trizas.

Envalentonado por una azarosa victoria ante Boca, Cantero confirmó a Cristian Díaz como DT del primer equipo, apurándose a firmarle un extenso contrato. "Está bastante capacitado" dijo en su momento. Pese a que los resultados eran espantosos, aún así lo sostuvo en el último mercado de pases previo al descenso. Así es como llegaron al club un cúmulo de jugadores lesionados, fundidos y prácticamente retirados, como ser Víctor Zapata, Johathan Santana (mediante complicadas "triangulaciones" jamás aclaradas), Luciano Leguizamón, Eugenio Morel, Cristian Tula (todos ellos superaban largamente los 33 años) o los inexpresivos Russo y Rosales. Solamente Vargas (también veterano por entonces) rindió en alguna medida, aunque por sus viajes a Colombia y sus lesiones fue más lo que estuvo fuera de la cancha que adentro. La conclusión de esto, fue el descenso.

No solamente lo deportivo fue desastroso: el club no tenía recursos para mantenerse abierto. No se pagaban los servicios básicos, no se realizaba el más mínimo mantenimiento a los predios (Domínico era tierra de nadie e incluso el DT Brindisi fue asaltado allí mientras brindaba un reportaje), mucho menos se trabajaba en obras o en la terminación del estadio, y todos los contratos (suntuosos) que firmaban, eran a pagar por otro en otro momento. Por supuesto, tampoco queda claro el modo como se le reconocieron al secretario administrativo de esa gestión créditos a altas tasas de interés por dinero cuyo ingreso no consta tampoco.

Con el equipo navegando en media tabla en el Nacional B, y con el club permanentemente vallado y con custodia policial, Cantero comprendió que su aventura dirigencial no daba para más y renunció.

Desde su salida, y tras un breve interinato del vicepresidente de esa gestión (Claudio Keblaitis), el club comenzó a recuperarse gracias al aporte de emergencia realizado por la Agrupación Independiente. Recuperación que se acentuó al llegar al gobierno la actual gestión encabezada por Hugo Moyano, la cual estabilizó al club en lo económico, avanzó notablemente en el tema obras (las fotos muestran la terminación del estadio, la remodelación total del Gimnasio Bottaro y la construcción del centro de alto rendimiento de Domínico) y logró en lo deportivo un piso muy por encima de la dignidad, y cuyo progreso, a través de la aparición de varias jóvenes figuras más la tenencia de un plantel de jugadores propio, parece estar asegurado.


Por eso, recordamos lo sucedido. Por la memoria roja. No queremos utilizar palabras propias de otros ámbitos que también recuerdan fechas conmemorativas, dada la mucha mayor gravedad de las mismas respecto del alcance de este modesto blog. Pero si deseamos que estas cosas nunca más ocurran en Independiente.


Fuente Independiente Sin Censura

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