El principal escollo para encaminarse a Rusia 2018 será
ganar sin Messi, que sólo podrá jugar la última fecha, en la altura de Quito,
frente a Ecuador; el resto dependerá de las decisiones de la nueva AFA y del
entendimiento con un DT desgastado
Por Cristian Grosso y Andrés Eliceche
La decepción patentada en la cara del Kun Agüero.
Lionel Messi, Edgardo Bauza , Claudio Tapia , Paulo Dybala, Jorge Sampaoli y Marcelo Tinelli son sólo alguno de los nombres que marcarán el
agitado futuro de la selección.
La Argentina, envuelta en una inquietante
inestabilidad, necesita resolver varios desafíos para intentar despejar la ruta
hacia Rusia 2018.
Dosis adecuadas de sensatez, una aguda autocrítica, madurez
dirigencial y egos controlados, reclama el momento. Obstáculos distinguibles
que invitan a soñar con posibles soluciones.
1 | Ganar sin Lionel Messi
Los números están ahí, con esa malicia que siembra pavor:
sin Messi, la selección no ha logrado rescatar ni el 30% de los puntos en juego
en la ruta eliminatoria. Si no consigue revertir esa tendencia, nada le
alcanzará para clasificarse al Mundial de Rusia. En el camino, primero con
Martino y ahora con Bauza, la Argentina apenas le ganó a Colombia, en
Barranquilla, sin su capitán. Alma, líder y patrón, cuando Messi regrese en la
última fecha, ante Ecuador, en Quito, puede ser demasiado tarde.
Calificación del desafío: complejo
Solución: Extremar los canales de negociación para reducir
la sanción. Las tres fechas pendientes lo marginarán de los cruces con Uruguay,
Venezuela y Perú. Agotada la instancia, como Messi es irremplazable en el
campo, definir un plan colectivo para disimular su ausencia. Martino lo logró
varias veces.
2 | Definir una identidad
La selección deambula entre sus miedos. Bauza no consiguió,
aun, inyectarle un estilo reconocible. El equipo confunde protagonismo con
pelotazos y, a la vez, se defiende con malos retrocesos. No define en qué lugar
de la cancha prefiere jugar los partido ni si le interesa la posesión de la
pelota. Tanta confusión lo transformó en un equipo inclasificable. Pero lejos
de volverse indescifrable para los rivales, es frágil. Le convierten con
frecuencia y ha extraviado los caminos al gol, hasta devaluar a sus cotizados
delanteros.
Calificación del desafío: complejo
Solución: Bauza debe dejar de traicionarse y de una vez
creer en sus convicciones, aunque sean discutibles, pero suyas al fin. Ya no
puede acudir a libretos prestados. Bajo fuego, el general debe elegir los
soldados que respondan a su estrategia. Fracasar con un plan ajeno sería
imperdonable.
3 | Afirmar la figura del entrenador
Demasiadas operaciones mediáticas y varios cuestionamientos
auténticos atraviesan a un DT que tampoco se protege. Ni con las producciones
de su equipo ni con ciertas exposiciones burlonas y desafiantes. Se marchó el
Comité de Regularización que lo eligió y las nuevas autoridades de la AFA lo
tienen en observación. Esa fragilidad llega al grupo de jugadores, que también
lo mantiene bajo estudio desde que desembarcó hace siete meses. Vive rodeado
por miradas desconfiadas.
Calificación del desafío: complejo
Solución: El tema exige una rápida definición de
"Chiqui" Tapia y la nueva conducción. Si estiman que es necesario dar
un golpe de timón y elegir a Sampaoli, deben realizarlo ya. Las demoras
alentarán más rumores y Bauza seguirá desdibujándose si lo usan como rehén de
luchas de poder. Pero cuidado: aunque falten cinco meses para el próximo
partido por las eliminatorias, los cambios intempestivos no garantizan nada.
Respaldar un contrato sería una señal de seriedad en el comienzo de una nueva
era.
4 | Regenerar el vínculo dirigentes/jugadores
Como en todo comienzo, las primeras decisiones son las que
marcarán la línea vectora de la nueva AFA, si ese término cabe. Antes de
extinguirse, el Comité de Regularización designó a Marcelo Tinelli como cabeza
de las selecciones nacionales. Dar marcha atrás sería desafiar de entrada al
grupo por una simple razón: el animador llegó allí con el evidente respaldo de
los futbolistas, que confían en él. No suena aconsejable, en este momento
crítico, abrir tantos frentes a la vez.
Calificación del desafío: imposible
Solución: el acuerdo político al que se llegó está atado con
hilos débiles, tanto que hace apenas un mes el núcleo Tapia-Angelici y el
tándem Tinelli-D'Onofrio estuvieron a punto de llevar el enfrentamiento a la
justicia. ¿Por qué creer que las supuestas ondas de amor y paz tienen bases
firmes, si antes de que asumiera Tapia ya circulaban dardos de un lado al otro?
5 | Revertir el déficit como visitante
El equipo obtuvo apenas ocho puntos en las eliminatorias
jugando fuera de casa, sobre 21 disputados. Las únicas dos victorias, además,
prescribieron: ocurrieron en la etapa de Martino, ante Colombia en Barranquilla
y Chile en Santiago. Encima, el calendario ofrece dos últimos viajes de alto
riesgo; hay que ir a Montevideo a jugar contra un Uruguay necesitado y, quizás,
a jugarse la clasificación a la altura de Quito.
Calificación del desafío: complejo
Solución: Pensar qué será de la selección el 31 de agosto,
fecha del próximo partido, es un ejercicio fantasioso. Bauza, o quien ocupe su
lugar, tendrá que reactivar resortes futbolísticos que ya no responden para
cambiar la dinámica actual: derrota-derrota-empate-empate se lee en el resultado
de las últimas visitas.
6 | Hacerle lugar a Dybala
Es la gran aparición del fútbol argentino de los últimos
años. El cartel de promesa quedó atrás: su nivel en Juventus lo puso en la mira
de Real Madrid y Barcelona. En una selección que demanda una energía que rompa,
su nombre es el más apropiado para generar un golpe de efecto. Y ya no es un
nene: tiene 24 años y cinco temporadas en Europa.
Calificación del desafío: fácil
Solución: Bauza iba a ponerlo de titular contra Chile, pero
una lesión le impidió jugar al cordobés. Tiene desequilibrio en el uno contra
uno, creció tácticamente y en los pocos minutos que compartieron la cancha
demostró ser un socio adecuado para Messi. Ya integrado al grupo, no asoma
complicado dar un paso más y darle una responsabilidad excitante: reemplazar al
10.
7 | Inyectarle rebeldía a un plantel golpeado
Nadie puede reprocharles pertenencia a estos jugadores.
Pasajeros frecuentes de la selección desde hace una década, ni las tres finales
perdidas les quitó el orgullo de vestir la camiseta y el deseo de revancha.
Pero están quebrados, sufren cada partido. Los atrapó una sensación de
aturdimiento y algunos ya lo reconocen en público. Cargan con reiteradas
frustraciones y el ánimo azotado no les ofrece respuestas para escapar de ese
laberinto.
Calificación del desafío: imposible
Solución: La personalidad fuerte y la rebeldía no se
inyectan como una vacuna. No hay soluciones mágicas. Desamparados, además, por
la ausencia de su líder futbolístico, quizá convenga liberar de tensiones y
responsabilidades a algunos jugadores que no se mueven con la misma libertad
que en sus clubes.
Fuente Cancha Llena
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