Lionel Messi. Foto: Archivo
Julio Grondona había iniciado una gestión secreta para
aliviar la situación de Luis Suárez, suspendido de oficio por la FIFA en pleno
Mundial de Brasil por el mordiscón al italiano Giorgio Chiellini. Grondona,
como siempre, ya había maniobrado en las sombras para evitar sanciones cuando
la selección de Daniel Passarella fabricó el corte del "Jardinero"
Cruz en la eliminatoria de 1997, en La Paz. En 1994, en cambio, Grondona eligió
lealtad a la FIFA y no apeló la expulsión por doping de Diego Maradona en pleno
Mundial de Estados Unidos. En el caso de Suárez, Grondona escuchó a Fernando
Mitjans, presidente del Tribunal de Disciplina de la AFA y vice del Comité de
Apelaciones de la FIFA. Al uruguayo, decía Mitjans, no podían computársele como
agravante mordiscones anteriores por los que ya había cumplido sanción. La
situación de Suárez parecía encarrilarse. Hasta que habló el Pepe Mujica:
"Los de la FIFA -sintetizó el entonces presidente uruguayo- son una manga
de viejos hijos de puta".
El supuesto último gran viejo, el camerunés Issa Hayatou,
presidente polémico de la Confederación Africana (CAF) durante veintinueve años
y siete mandatos seguidos, cayó la semana pasada en Etiopía. Nadie se animaba a
confrontarlo hasta que surgió Ahmad Ahmad, desconocido presidente desde 2003 de
la Federación de Madagascar. Sí, Madagascar. La FIFA, siempre celosa de
interferencias políticas, no objetó el rol de Ahmad como vicepresidente del
Senado (sólo renunció después de su triunfo). Tampoco lo objetó pese a que
Ahmad fue acusado de financiar su campaña en Madagascar con fondos del qatarí
Mohamed Bin Hammam, que por ese entonces compraba votos para derrocar a Joseph
Blatter. Y pese también a que el Sunday Times lo acusó de recibir dinero para
votar a Qatar como sede del Mundial 2022. Peor es el caso del hombre que, según
parece, lo puso en el cargo. Musa Bility es acusado de quedarse, él y su comité
ejecutivo en la Federación de Liberia, con 50.000 dólares que la propia FIFA donó
para la crisis del Ebola. Ahmad, inevitable tras la publicación de
comprometedores correos electrónicos, está bajo investigación. Pero la nueva
FIFA parece implacable según la ocasión. Gianni Infantino, inventor del Mundial
con 48 selecciones, precisa votos. Quiere ser reelegido en 2019.
En 1994, Grondona eligió la lealtad de la FIFA y no apeló la
expulsión de Maradona
Todos aplicamos la doble vara. Fuimos "víctimas"
en Argentina cuando lo echaron a Antonio Rattín en el Mundial de Inglaterra 66.
En el penal a Alemania en la final de Italia 90. Y en el doping de Diego en USA
94. Pero miramos para otro lado con el 6-0 a Perú de 1978. Y también con La
Mano de Dios del 86. Los hechos no son tan lineales. Tampoco son inocentes. Leo
Messi, es cierto, y vaya a saber uno por qué, estalló insultando a un juez de
línea el jueves pasado, en el Monumental, pese al triunfo (deslucido) 1-0 ante
Chile. La FIFA, vaya también uno a saber por qué, estalló suspendiéndolo de
oficio en una acción llamativamente fulminante. Tanto que Armando Pérez,
presidente saliente del Comité de Regularización que la propia FIFA impuso en
la AFA, se enteró cuando lo entrevistaban por TV. Que Claudio
"Chiqui" Tapia, el sucesor que asume hoy, llegara del ascenso, no es
un caso único. Italia acaba de reelegir a Carlo Tavecchio, que llegó de la Liga
"Dilettanti", es decir, aficionados. Ojalá, eso sí, que la próxima
bomba desde Zurich no vuelva a estallarle al "Chiqui" tuiteando desde
la peluquería. Messi insultó a un línea. La FIFA, desproporcionada ante un
crack históricamente correcto, insultó al fútbol.
"La selección del Patón Bauza -dicen muchos- es un fiel
reflejo de lo que sucede en la AFA". ¿Acaso la selección de Marcelo Bielsa
no jugó la mejor eliminatoria en plena crisis nacional de 2001? ¿Y acaso Brasil
no está recuperando su mejor fútbol con el cambio del DT Tite y pese a que la
Confederación (CBF) sigue maniobrando como siempre para eternizarse en el
poder? Sus últimos presidentes están encarcelados o escondidos. Y la
"nueva" dirigencia acaba de decidir que 27 federaciones estaduales
equivaldrán a 81 votos. Y los 40 clubes de primera y segunda a 60 votos. Es
decir, Federaciones de Amapá y Brasilia, sin clubes en las principales
divisiones, valen 6 votos. Flamengo y Corinthians, los dos clubes más populares
de Brasil, valen 2. ¿Y los nuevos Estatutos de la FIFA? Bien, gracias.
Hablemos de fútbol, algo doloroso para la selección de
Bauza. En estos días de aniversarios y memorias, Holanda recordó a Johan
Cruyff, ante el primer aniversario de su muerte, 24 de marzo de 2016. Barcelona
lo homenajeará poniéndole su nombre al futuro mini estadio. Pero también manteniendo
el 4-3-3 o el 3-4-3 y cuidando siempre la pelota, juegue donde juegue. "Un
equipo es horrible -decía Cruyff- si no es capaz de dar tres pases
seguidos". El Cruyff-DT sumó luego otros catorce títulos. Uno de sus
jugadores recordó una vez cómo salía Johan de los problemas. "Cada vez que
pensaba una solución -contó Txiki Begiristáin- decidía que había que atacar
más".
Fuente La Nación
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