Las críticas del DT hacia el club del que es hincha, previas
a su asunción, y la derrota ante Racing, un cóctel que estalló en Salta
Por Jonathan Wiktor
Los goles de la Academia fueron sumiendo al Rojo en el
desánimo y la impotencia. Foto: Gentileza El Tribuno
Ariel Holan no había puesto un pie en Avellaneda cuando un
audio suyo, un tanto polémico, viajó directo al corazón del club y logró
exasperar a varias glorias, que se sintieron aludidas y difundieron su malestar
por los medios. Todavía faltaban dos días para que se oficializara su
contratación, pero el entrenador de 56 años, en vísperas de su primer gran
desafío, con el sueño de hacerse cargo del equipo del cual es hincha, ya estaba
ante su primer problema. Fue un adelanto de lo que sería un mes de alto voltaje,
una muestra acelerada de este Independiente preso de su ansiedad. Porque lo que
vino después no sólo que no fue mejor, sino que el clima se tornó más salvaje,
como para darle entidad a una frase común que a veces tiene sentido: lo que
empieza mal, suele terminar peor.
El clásico de anteayer, con un 3-0 rotundo para Racing, hizo
de la ciudad de Salta el epicentro de un diagnóstico grave. No por el
resultado, en verdad holgado para lo que sucedió en el campo, sino por la
reacción de varios de los hinchas, quienes, cansados de ver cómo Independiente
no para de dar malas noticias, mostraron su enojo con los jugadores durante el
partido y más tarde, en el regreso del plantel, fueron al hotel para descargar
su bronca contra todos, cuestión que pudo haber terminado mal si no hubiera
sido por la intervención policial, que a fuerza de gas lacrimógeno logró
dispersar el tumulto.
El 27 de diciembre, luego de que circulara un audio de Holan
en el que hacía un balance del club, con críticas incluidas, jugadores y ex jugadores
se molestaron. Mientras que algunos futbolistas del plantel hablaban por lo
bajo de la supuesta limpieza que se venía, los históricos, como Jorge
Burruchaga y Daniel Bertoni, hicieron público su enfado. Holan no había
asumido, ni siquiera había sido presentado, pero ya cargaba sobre su frágil
espalda un peso difícil de soportar.
En su primer entrenamiento en el club, el 6 de enero, Holan
fue el tema del día por su forma de trabajar. El drone que sobrevoló el cielo
de Villa Domínico, la importancia medular de la tecnología y los 12
colaboradores pusieron al ex Defensa y Justicia en el centro de los análisis,
envuelto entre halagos y críticas.
Esa misma semana, a pesar de que se sabía, Claudio Vivas,
ex coordinador de las divisiones inferiores de Independiente, amagó con
renunciar, argumentando la mala relación que los había distanciado en Banfield.
Aunque en un momento el ex asistente de Marcelo Bielsa pareció dar marcha atrás
con su advertencia, terminó por irse hace pocos días. Hubo dos razones que lo
convencieron: sus roces con Holan, por un lado, y el interés de Boca por
contratarlo para hacerse cargo de las categorías formativas, por el otro. El
segundo factor, que molestó a los dirigentes de los Rojos, fue determinante
para su partida.
Otro dolor de cabeza para Holan fue -y es- la demora en la
llegada de los refuerzos. A pesar de que en breve se sumaría Nery Domínguez ,
proveniente del Querétaro mexicano, y que profundizarán la búsqueda por Walter
Erviti, que trata de resolver su salida de Banfield, los plazos se estiraron
mucho más de lo pensado. Los directivos son optimistas, es cierto, pero el
tiempo que se perdió no se puede recuperar: la pretemporada, momento en el que
Holan quiere mejorar el funcionamiento de su método, está avanzada.
Lo que sí hizo Holan, y que también lo puso en boca de
todos, fue cumplir con su palabra: dijo, en ese audio que circuló antes de su
llegada, que había que separar del plantel a dos o tres jugadores, algo que se
concretó antes del viaje a Salta. Hernán Pellerano y Jorge Ortiz, dos
futbolistas de experiencia, fueron desafectados del plantel por pedido del
entrenador. "No me sorprendió mi salida, me la esperaba. Respeto mucho a
Ariel, pero me hubiera gustado que me lo dijera de entrada", disparó Ortiz,
a préstamo en los Xolos de Tijuana, tras conocer la decisión. "Esto me cae
como un baldazo de agua fría. A nadie le gusta que lo bajen de la pretemporada,
más siendo capitán", arremetió Pellerano, quien acaba de sumarse a
préstamo a Olimpia de Paraguay.
Pero el viaje al noroeste argentino traería más
preocupaciones para Independiente y sumaría un inconveniente más a la colección
de Holan. En el clásico con Racing, a pesar de que tuvo algunos momentos de
buen juego, su equipo -asfixiado por la ineficacia- fue goleado ante la mirada
escrutadora del mundo del fútbol.
Lo que pasó en el regreso del plantel al hotel, ya durante
la madrugada del martes, sorprendió al DT, que al cabo de pocos días sintió el
rigor de lo que implica hacerse cargo de un club guiado por el corazón y los
actos reflejos y no por la cabeza y la prudencia. A los 13 minutos del clásico,
tras el gol de Gastón Díaz, se escucharon los primeros insultos de los
simpatizantes. La noche terminaría con una goleada en contra y un escándalo en
la puerta de hotel, con la policía de por medio. De paciencia, está claro, ni
un poco.
Fuente Cancha Llena
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