Por Carlos Maidana
Jugadores que manifiestan sus ganas de irse, declaraciones
de exjugadores que lo reafirman, dirigentes que evidencian una ruptura y una
derrota estrepitosa que concluyó en que Pablo Moyano asegure que ahora se
sumará al día a día.
“Desde el lunes voy a ir al vestuario para empezar a hablar
con los jugadores. Acá hay un esfuerzo muy grande“, aseguró Pablo Moyano este
jueves, en declaraciones a De la Cuna al Infierno, lo cual evidencia una
situación de caos deportivo tal que motivó al dirigente, que hasta ahora no lo
hacía, a sumarse al día a día del plantel.
La derrota estrepitosa en el Clásico no hizo más que poner
sobre la mesa un montón de situaciones que muestran un claro desmanejo en la
gestión deportiva. Es notorio el desgaste de parte de algunos jugadores que han
manifestado, de una u otra forma, sus ganas de dejar el Club. Por caso, Diego
Vera ya tiene arreglado su contrato con Lanús, aunque Independiente sólo lo
dejará ir si llega una venta. Víctor Cuesta aseguró, al inicio de la
pretemporada, que de llegar una oferta le gustaría aceptarla, a sabiendas que
ya rechazó otras en anteriores oportunidades.
“Ahora todos los jugadores quieren llegar a Independiente”,
es una declaración repetida. Sin embargo, la contención para los que desean
partir pareciera no estar funcionando. Ya en Rosario Central, pero con clara
ascendencia sobre el plantel y con diálogo con sus excompañeros, Diego
Rodríguez puso de manifiesto esta situación. “El día a día no es nada fácil,
por eso son muchos los muchachos que se quieren ir, no sólo yo. No tiene qué
ver sólo lo económico, sino que ha habido un gran destrato. No sólo conmigo,
sino con varios compañeros”, aseguró el arquero.
Y en todo este mar de incertidumbres navega Ariel Holan, que
debe administrar no sólo las cuestiones estrictamente deportivas, sino que
además contemplar toda la coyuntura extrafutbolística. Claro está que el
entrenador tiene crédito abierto, pese a la indisimulable campaña del
periodismo en su contra. Se hizo evidente, desde que llegó, que hay un mensaje
claro que bastardea la línea de trabajo del DT, con débiles argumentos y un
notorio desconocimiento y desinterés por la metodología de trabajo. Y desde el
Club, lejos de cuidarlo, parecen darle poca trascendencia a estas situaciones
de difusión masiva. Su idea, a las claras, está más emparentada que alejada del
gusto histórico de los hinchas. Pero claro, deberá ser preciso para conformar
un equipo competitivo en el corto plazo que logre calmar la impaciencia
generalizada.
Fuente Infierno Rojo
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