De Brasil 2014 a Chile 2015, un viaje de menos de un año que
expone modificaciones, más de fisonomías y estrategias que de nombres
Por Martín Castilla
Foto: LA NACION /
Fabián Marelli
LA SERENA, Chile.- Cuando la Argentina haga su debut en esta
Copa América , pasado mañana, ante Paraguay, habrán pasado exactamente 335 días
de la final perdida ante Alemania. Aún no se ha cumplido un año de esa
tarde-noche que congeló las esperanzas albicelestes y que marcó el final del
ciclo de Alejandro Sabella . Pocos días después del choque en Río de Janeiro se
confirmó su salida y rápidamente todo se encaminó para el nombramiento de
Gerardo Martino . Las decisiones del sucesor confirman que en nombres la
selección no vino a probar muchas modificaciones en suelo chileno, pero en
cuanto a los estilos sí se pueden descubrir cambios, curiosidades y mensajes
nuevos.
Está claro que durante el ciclo de Martino habrá un recambio
generacional en varios puestos, pero el técnico entendió que la Copa América no
era el lugar para comenzar con la experimentación. El día del nombramiento del
Tata, la Nacion adelantaba que en el primer año no iban a darse cambios
profundos, pero que luego de esta experiencia en Chile se encararía una
renovación paulatina -casi natural- en algunos puestos. Un cambio que ya llegó
es el ingreso de Nicolás Otamendi en la zaga central por Martín Demichelis. De
los 23 que ayer se sacaron la foto oficial del plantel en la concentración
agreste del hotel La Serena Suites, delante de esculturas Moai -emparentadas
con la Isla de Pascua-, sólo tres no participaron del ciclo anterior: Nahuel
Guzmán. Roberto Pereyra y Milton Casco. Y de los que no estuvieron en Brasil
2014, los convocados probados por Sabella habían sido Banega (11), Lamela (6),
Otamendi (4), Pastore (3) y Roncaglia (1). Un gran golpe de timón se llama
Carlos Tevez, al que Martino le abrió la puerta para disputar un lugar por el
puesto de centrodelantero, en el que Agüero les está sacando ventaja a Higuaín
y al Apache.
Está claro que en individualidades Martino eligió caras
conocidas, pero conceptualmente apostó por un cambio de aquellos planteos y
estrategias que se le reconocían a Sabella. Ambos con rigor y coherencia
profesional, son diferentes en sus pensamientos y eso sí puede verse en lo que
va del actual ciclo con la intención de plasmarlo en esta Copa América.
De la dependencia de los de arriba a la construcción
colectiva
Sabella nunca ocultó que sus mayores preocupaciones fueron
defensivas por delante de las ofensivas. Con entendible razón, veía que arriba
Messi, Agüero, Di María e Higuaín eran tan desequilibrantes que entre los
cuatro eran capaces no sólo de definir las jugadas, sino también de generarlas.
Después de su asunción y de las pautas generales en aquel primer amistoso de
Düsseldorf, donde la Argentina le ganó nada menos que 4-3 a Alemania, Martino
planteó a sus dirigidos la idea madre para una elaboración posicional, con las
líneas más adelantadas, ejerciendo presión en la zona alta y generando juego a
través de la tenencia de la pelota. "El equipo tiene que estar dispuesto a
la presión bien arriba. Es una sensación de metros, sufro cuando me atacan. Por
eso me deja más tranquilo conducir a un equipo que es protagonista, con más
control", es una de sus sentencias preferidas. El medio campo tuvo un
cambio sustancial: el ingreso de Pastore en el medio para sumar dominio y
combinaciones ofensivas.
De esquemas variables a un planteo definido
En infinidad de charlas, el Tata se mostró adepto de los
mensajes sostenidos, materializado en su esquema preferido. Sabella siempre
pensó, ideó y utilizó varios planes para enfrentar a los rivales, siempre con la
intención básica de encontrar "equilibrio" para resguardar el arco de
Romero. Por todos los sistemas pasó y en el Mundial defendió con cinco en el
fondo, plantó dos líneas de cuatro e incluso apostó también por tres
delanteros. El concepto de hoy es otro: un clásico 4-3-3 en el que Ángel Di
María cumple la función de punta por izquierda y Messi arranca desde el costado
derecho. "Está quien dice que el secreto está en variar, puede ser, nadie
tiene la razón. Quiero que mi equipo tenga una señal definida. En la ejecución
colectiva y en el nivel individual intentaremos hacer la diferencia", dijo
hace unos días Martino a la nacion en la última entrevista que concedió antes
de viajar a estas tierras.
La permanente subida de los laterales
Una de las búsquedas más intensas de Martino son las subidas
de los laterales. Por la izquierda estará Marcos Rojo, el mismo del ciclo
anterior, y por la derecha puede aparecer Facundo Roncaglia, que en los últimos
ensayos emparejó la pulseada con Pablo Zabaleta, hasta ahora uno de los de
mayor continuidad en la defensa. Hasta Brasil 2014, como la selección le
demostraba a Sabella tener resuelta la fórmula de ataque, sólo les pedía
solidez en el fondo. ¿Qué sucede ahora? Deberán potenciarse en el funcionamiento
colectivo, cubrir sus sectores, pero el cuerpo técnico les pide tener
desequilibrio arriba.
Una corriente de cambios graduales envuelve al seleccionado
a poco de su presentación en el certamen, pero en la intimidad del plantel
argentino son conscientes de que un nuevo libreto entrará en escena en esta
Copa América
Fuente Cancha Llena

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