Por Eduardo Verona
Después de actuaciones decepcionantes en el último Mundial
de Brasil, Sergio Agüero vuelve a tener la posibilidad de construir una gran
sociedad futbolística con Messi, en el arranque de la Copa América. Detrás del
Kun, están en lista de espera Higuaín y Tevez, tampoco protagonistas de grandes
producciones en el ámbito de la Selección.
¿Cómo funcionó la sociedad Messi-Agüero durante el Mundial
de Brasil? Directamente no funcionó. Agüero llegó al Mundial con una condición
física agarrada con alfileres. Y nunca logró recuperarse. No conquistó ningún
gol y tampoco dio pases gol.
¿Cómo funcionó la
sociedad Messi-Higuaín durante el Mundial de Brasil? Directamente no funcionó.
Higuaín arribó al Mundial en claras desventajas físicas, similares a las de
Agüero. Anotó un solo gol (a Bélgica), malogró una posibilidad inmejorable en
el primer tiempo ante Alemania quedando mano a mano con el arquero Neuer y
resolviendo pésimo y mostró una imagen de delantero totalmente desangelado y
ausente.
¿Cómo funcionó la
sociedad Messi-Tevez durante todos los partidos que compartieron en la
Selección a partir de 2006, con eliminatorias, Mundial de Alemania y Sudáfrica
incluidos, Copa América de 2007 y partidos amistosos? Si quedó en claro algo,
es que, en general, no la rompieron. Potencialmente, la dupla estaba para
calificar con 8 o 9 puntos. En la cancha, muchísimo menos. En especial, Tevez.
Las evidencias son
incontrastables: ni Agüero, ni Higuaín ni Tevez, se convirtieron decididamente
en los compinches futboleros ideales de Messi. Nadie se robó ese protagonismo.
Por eso alternan. Y por eso sigue en primer plano una pregunta que el ambiente
del fútbol argentino no deja de formularse desde hace varios años: ¿quién debe
ser el acompañante de Messi?
Hoy, el técnico de
la Selección nacional, Gerardo Martino, elegiría para el debut de Argentina frente
a Paraguay por la Copa América, al Kun Agüero. Messi ya adelantó que llega a la
Copa mejor que en el Mundial. Agüero parece que también. Higuaín lo mismo. Y
Tevez llega mucho mejor a esta Copa que a la última que disputó con la camiseta
de la Selección en el 2011 en la Argentina, cuando a su figura le sobraban por
lo menos 4 o 5 kilos. Y su relación con Messi estaba teñida de nubarrones.
¿Por qué todo
indica que Martino se quedará con Agüero para el arranque de la competencia?
Por los 3 goles que convirtió el Kun a Bolivia. Si los hacía Higuaín arrancaba
Higuaín. Si los hubiera hecho Tevez (por esas horas estaba en Berlín, después
de jugar la final de la Champions entre Barcelona-Juventus) arrancaba Tevez.
Que Agüero y Messi
conservan una amistad de vieja data que
empezó en el 2005, no inclina ni inclinó ninguna balanza. Es cierto que Agüero
siempre pareció ser la segunda guitarra que Messi precisaba para tocar y
descargar al pie o al espacio. Como lo fue el Gordo Coutinho con el Negro Pelé
en aquel Santos maravilloso de la década del 60. O como lo insinuó el Pelado
Díaz con Maradona cuando el Flaco Menotti (los bautizó Coutinho y Pelé y ambos
se identificaron con esos nombres propios y así se llamaban) los juntó por
primera vez en el Sudamericano de Uruguay en enero de 1979 y después en Tokio
se consagraron campeones del mundo juveniles el 7 de septiembre también del 79,
con un equipo espectacular e inolvidable.
Pelé y Coutinho
alumbraron la pareja ideal de todos los tiempos. La descosieron e
inmortalizaron la perfección a la hora de tirar paredes en toda la cancha y en
todos los partidos. El Pelado y Diego amenazaron con escribir esas mismas
sinfonías. Pero en el Mundial de España 82, el sueño terminó. Argentina flaqueó
frente a una Italia violenta dirigida por Enzo Bearzot y un Brasil brillante
conducido por Telé Santana y el Pelado y Diego nunca más jugaron juntos.
A 33 años de
aquella pequeña sociedad frustrada entre Díaz y Maradona, el Tata Martino,
seguramente ahora debe ilusionarse con el tándem Messi-Agüero. Una doble punta
que antes del Mundial de Brasil ya había dejado algunas señales que cualquiera
que frecuente el fútbol se habrá imaginado.
En los papeles el
que más le cierra a Messi es Agüero. ¿Por qué? Por su juego. Por las
características de su juego. De tocar y salir. De entrar y salir de la jugada.
De asociarse. De encontrarse. Higuaín va más a la última jugada. A la
terminación. Es un hombre de área que sabe salir del área. Pero su foco está en
el área. Tevez es más generoso en el despliegue. Más voluntarioso para luchar
por la pelota. Pero no cultiva tanto la prolijidad como Agüero. Hasta su
gambeta es más sucia. Porque entre otras cosas, si tiene que proponer un fútbol
de fricción y empuje, lo hace. Y lo hace muy bien. Agüero, no.
El Kun suele salir
más limpio del uno contra uno. Es más claro y preciso para devolver a un toque.
O para frenar y volver a arrancar casi sobre el mismo freno. O para meter una
pared donde no se adivinan los espacios. Es lo que Menotti denominaría el
talento complementario de Messi, como lo supo ser Coutinho de Pelé hace medio
siglo.
Ese talento
complementario vuelve a probarse ante Paraguay en la ciudad chilena de La
Serena. Para juntarse con Messi. Para construir lo que no se terminó de
construir. Y que naufragó en Brasil 2014. Ahora, Agüero tiene otra chance. Y se
lo ve mucho más entero físicamente que hace un año, cuando lo doblegaron las
lesiones.
Las palabras y las
hipótesis siempre se terminan con la pelota en movimiento. Mientras tanto,
Higuaín y Tevez están en lista de espera. Si siguen esperando o saltan a la
cancha, depende de Agüero.
Del fútbol de Agüero.
Fuente Diario Popular

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