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domingo, 1 de marzo de 2015

El Análisis: con posesión o a la espera, amo y señor del partido





Por Rodrigo Volpi

Luego de dejar una mala imagen ante Sarmiento como local, Independiente visitó a Quilmes, que venía de empatar 2-2 frente a River en el Monumental con una buena producción. A priori parecía un partido que iba a ser complicado en su desarrollo, pero el Rojo lo aplastó en el juego, de principio a fin. Al igual que en Rosario, el resultado fue mentiroso y debió golear. El rendimiento fue aún mejor que ante Newell’s y la explicación se verá reflejada a lo largo de este análisis del encuentro.

El equipo de Jorge Almirón comenzó el partido plantado en campo contrario, algo que iba a ser una constante por casi 75 minutos. ¿El plantel de Julio Falcioni? Parecido al de Sarmiento en Avellaneda. Sin embargo, hubo un evidente cambio en los jugadores de Independiente respecto del empate de la semana pasada: a la posesión, se le sumó la movilidad y la rotación. La imagen de los jugadores plantados en territorio rival:


Cuando Quilmes intentaba salir con la pelota, la presión asfixiante de Independiente molestaba toda creación posible de juego. Los jugadores locales tenían entre 2, 3 y hasta 4 futbolistas del Rojo encima en reiteradas ocasiones.


Federico Mancuello había avisado con un remate desde afuera dos minutos antes del primer estallido de la noche. Dos minutos después, concretó. Pero no se puede dejar de lado la confección del primer gol de Independiente, que fue impresionante. Arrancó con Gustavo Toledo en la propia área, hubo 16 toques y todo terminó con un zurdazo fulminante de Mancuello, que le rompió el arco a Fabián Assmann. En las próximas dos imágenes se puede ver dónde comienza el gol y cómo está parado el equipo cerca del final de la jugada.








Otro punto que se notó desde el arranque del encuentro y se repitió varias veces durante el partido fue la rotación constante entre Tagliafico y Papa. Si bien el primero tiene más compromiso defensivo que el segundo a causa de la posición inicial de cada uno, cambian de lugar a la hora de defender y ambos se proyectan a la hora de atacar.


El local creó dos situaciones de gol en todo el partido y dentro de esas dos, se incluye el gol de tiro libre de Rodrigo Gómez, con absoluta responsabilidad del arquero. Entre las razones de la poca creación del Cervecero se encuentra la excelente presión hacia Diego Buonanotte, uno de los pocos -si es que no es el único- que puede inventar algo distinto. Estas tres imágenes muestran a la perfección lo incómodo que jugó el 10.








 Es importante destacar, dentro del buen rendimiento general, la evolución que mostró Matías Pisano en estos tres partidos del 2015. Además de ser más determinante a la hora de crear juego, le sumó un enorme sacrificio físico, ese que tanto le pedía Jorge Almirón el torneo pasado. Presiona en ataque y también colabora a la hora de la recuperación.






 ¿Cambió algo tras el empate de Quilmes? Nada. Y eso es muy positivo. Independiente no sintió el golpe, siguió plantado en campo rival con muchos hombres y hasta pudo convertir el 2-1 antes del final de la primera etapa.


Lejos de resignar el protagonismo, el equipo de Almirón se paró de la misma forma en los primeros 25-30 minutos del complemento. Y en ese lapso creó 5 jugadas de gol, misma cantidad que había sumado en el primer tiempo.


Lo paradójico es que el segundo gol de Independiente llegó de un contragolpe perfecto tras un córner de Quilmes. El Rojo necesitó sólo cuatro toques para llegar de un área a la otra, donde se incluye la buena asistencia de Emiliano Papa a Lucas Albertengo, que definió de forma exquisita ante la salida de Assmann. Además, es interesante ver la rotación que hubo entre los dos volantes centrales: Rodríguez hizo de Mancuello y Mancuello de Rodríguez.



Tras la indiscutible expulsión de Buonanotte en Quilmes, Independiente decididamente se paró unos metros más atrás como en Rosario y esperó al local. Sin embargo, nunca más pudo inquietarlo, y la victoria fue para el visitante.


El triunfo de Independiente fue mucho más que justo y se quedó muy corto respecto del desarrollo del partido. Llegó 11 veces al arco contrario y Quilmes sólo preocupó en 2 ocasiones. Salvo los bajos rendimientos del arquero Diego Rodríguez y el delantero José Valencia, la actuación general fue más que buena. Y aún mejor que Rosario. Construir es más difícil que destruir, y el equipo logró un alto nivel de juego con la posesión de la pelota. La defensa estuvo impecable, la dupla Rodríguez-Mancuello tuvo un partido casi perfecto, Pisano desequilibró y Papa completó una gran noche. ¿Albertengo? Enorme definición en el gol, sumado a que es capaz de generarse situaciones solo con sus enganches al usar ambas piernas.

Ahora se vendrá Belgrano en Avellaneda y probablemente su planteo sea similar al de los últimos dos rivales de Independiente. El equipo deberá encontrar la manera de romper con las líneas rivales como lo hizo en Quilmes y también tendrá que mostrar mucha movilidad en ataque, algo que no ocurrió ante Sarmiento. El partido ante el Pirata será duro, pero este es el camino.

La terna arbitral

Si bien redondearon un buen partido, hubo una jugada idéntica a los penales que le cobraron a Boca en la primera fecha y a Estudiantes en la segunda. Tagliafico fue tomado en el área a la vista de Patricio Loustau, pero el juez no interpretó el reglamento como sus colegas en los encuentros mencionados.


Fuente LxR

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