Por Rodrigo Tamagni
El eterno casi campeón otra vez se fue llorando del
'Libertadores de América'.
Una vez más que ganamos con la camiseta.
Otra vez que abandonan (esta vez representados por su ídolo).
La misma situación de siempre: uno se queja de las 'injusticias'; el otro festeja.
Después de un año, todo está en su lugar
Una vez más que ganamos con la camiseta.
Otra vez que abandonan (esta vez representados por su ídolo).
La misma situación de siempre: uno se queja de las 'injusticias'; el otro festeja.
Después de un año, todo está en su lugar
Pretendo tomarme una licencia, ya que Independiente no lo
hizo –una vez más y van...–. Sabe que desde este espacio siempre intentamos
hablar de fútbol; con defectos y virtudes.
Pero este partido es imposible analizarlo desde lo táctico porque tiene una sola manera de explicarlo: son hijos nuestros.
No piense en otro modo. No busque razonamientos en esquemas o rendimientos, porque no las hay.
Es un capítulo más, el 23, de la historia más repetida por Avellaneda.
Pero este partido es imposible analizarlo desde lo táctico porque tiene una sola manera de explicarlo: son hijos nuestros.
No piense en otro modo. No busque razonamientos en esquemas o rendimientos, porque no las hay.
Es un capítulo más, el 23, de la historia más repetida por Avellaneda.
Uno se queja, el otro festeja. Así de simple.
No es casualidad. Siempre tienen un pero, una excusa, una
crítica. Basta, acéptenlo: ganamos con la camiseta. Escudero, Penco, Cuesta;
hasta les damos ventaja y no las aprovechan.
Para colmo, se fueron una vez más antes de tiempo. Sí, su referente Milito –aunque, "Milito hay uno solo", como bien explotó el Libertadores de América– 'abandonó' y los dejó a gamba. ¿Se habrá acordado de su infancia en el gol y besó la camiseta mirando a la gente pensando que estaba con la roja puesta?
Para colmo, se fueron una vez más antes de tiempo. Sí, su referente Milito –aunque, "Milito hay uno solo", como bien explotó el Libertadores de América– 'abandonó' y los dejó a gamba. ¿Se habrá acordado de su infancia en el gol y besó la camiseta mirando a la gente pensando que estaba con la roja puesta?
Son hijos, no tienen con qué darle. Y, casi que en estos
tiempos de tarros vacíos, nuestra única alegría. Una temporada más de ser casi
campeones. Una vez más echándole la culpa a otro post partido. Una vez más
abandonando. Una vez más que nos dan la chance de festejar. Ni siquiera cuando
tocamos fondo pudiste tener un esbozo de sonrisa porque te la rebuscaste para
'cargarte solo'.
Párrafo aparte para el clima. ¡Qué lindo ver el
'Libertadores de América' así! Explotó. Con algarabía. Con suspenso en cada
apuesta de la pelota por el piso, pero aplausos ante cada salida limpia que
dignifica la historia. Todo teñido de rojo. Es feo el fútbol sin visitantes, es
cierto; pero en estas ocasiones es hermosa ver tu casa con una marea roja. ¿Me
vas a decir que no te abrazaste con todos y cada uno de los que estábamos en
las tribunas?
Hermoso sentirlo vibrar de emoción otra vez. El color de las
tribunas le dio el marco que faltaba. En pleno proceso de resurrección, siempre
es bueno seguir con la rutina de los seis puntos seguros por temporada.
Si me siguen permitiendo las licencias, también fue desde lo
emotivo un partido especial. Hacía rato que no pisábamos juntos con mi viejo la
cancha de Independiente. Trabajo, decisiones; diferentes circunstancias lo
impedían. Él, que de 'pendejo' lo siguió a todos lados y es de la 'Escuela del
Bocha', me enseñó a entenderlo –y a entender el fútbol en todas sus
concepciones– desde el costado del 'Paladar Negro'. Ese con el que él vio
enorme a Independiente. Elegimos un partido especial. Quizás el más especial de
la reconstrucción.
Gracias 'Rojo' por tampoco defraudarnos a nosotros.
Gracias 'Rojo' por tampoco defraudarnos a nosotros.
Fuente Play Fútbol
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