Desde que asumió el DT, en la 5ª fecha, salvo Banfield, los
Rojos fueron los que?más sumaron; a un punto de los puestos de ascenso,
mejoraron el ánimo y el nivel.
Por Francisco Schiavo
"Nos gustaría estar primeros, pero todo lleva un
tiempo", dijo De Felippe.
No habrá dato más contundente: cuando asumió Omar De
Felippe, en la 5» fecha, Independiente tenía apenas dos puntos y estaba más
preocupado por el promedio del descenso que por una pronta vuelta a primera.
Hoy, con una remontada que tiene más que ver con la solidez, el convencimiento
colectivo y la eficacia que con el lucimiento, está a tiro de los puestos del
ascenso, con un punto menos que el tercero, Crucero del Norte. Y, por cómo
estaba la cosa, no parece poco.
Cuando faltan cuatro fechas para el final de la primera
rueda, De Felippe está cerca de asegurarse el objetivo que se propuso. No lo
dijo de entrada, pero quería que Independiente terminara lo más cerca del
tercero, el último que conseguirá un boleto para primera A. Tampoco lo
reconoció de forma pública para no tirarle más presión al plantel, aunque sí a
sus íntimos: estaba convencido de que podría terminar el año en el podio. Y ya
está bastante cerca.
"Para pelear arriba hay que prepararse, es duro.
Estamos en ese proceso. Nos gustaría estar primeros, pero todo lleva un tiempo.
Las cosas no se logran por arte de magia, es todo trabajo, esfuerzo",
aseguró el entrenador, que después resumió una convicción: "La segunda
mitad del año va a ser definitiva. Nos encontrará fortalecidos. Pero no hay
presión, queda en el banco de suplentes. Acá se trata de jugar al fútbol, que
es lo más lindo. Si te sale bien, tendremos a la gente de nuestro lado.
Queremos conseguir ese convencimiento de todo el mundo de Independiente".
De Felippe cree que el plantel encontrará el envión
definitivo durante el receso por dos motivos: los refuerzos y la pretemporada.
En el primer rubro ya se escucharon algunos movimientos. El DT quiere un
marcador central con buena presencia física y altura. Se escuchó el nombre de
Joel Carli, a quien dirigió en Quilmes. Pero en las últimas horas también se
especuló con otro jugador del cervecero: Wilfredo Olivera. En el segundo, con
una buena puesta a punto física, más los días de convivencia, tratará de darle
un blindaje de acero al grupo.
Lo del público no es una anécdota, mucho más con el volcán
que se volvió Independiente en los últimos meses. "Vamos mejorando y la
gente empieza a sentirse identificada con los chicos. Me gustaría que los
alienten como lo hicieron con Tuzzio (Eduardo), anteanoche, en el 0-3 con
Ferro], que está bárbaro por la historia que tuvo en el club, pero estaría
bueno que a estos chicos también los valoren. Y que nosotros podamos darle
muchas más cosas al hincha", aseguró.
Los dirigentes lo buscaron tras la crisis en el principio de
la B Nacional y la salida de Miguel Brindisi. A muchos no lo convencía la idea
por la afinidad con el estilo de Julio César Falcioni, de quien fue ayudante de
campo y con quien trabajó en Independiente en la temporada 2005/6.
Cuentan los más cercanos que hubo dos momentos cruciales en
la reciente campaña. Ante Huracán, en el segundo partido de De Felippe, se dio
la primera victoria en la B Nacional. Ese día, el 9 de septiembre, Independiente
jugó 81 minutos con un hombre más por la expulsión de Carlos Arano y, en el
entretiempo, el técnico fue durísimo con los futbolistas, que ganaron por 1-0,
con gol de Samuel Cáceres. Algo parecido ocurrió en Isidro Casanova, después de
la primera derrota en el ciclo, ante Almirante Brown por 1-0. Aquel 12 de
octubre bramó el vestuario. Y, cuando habló con la prensa, el DT siguió
enojado: "Nos calienta mucho perder. Esto es bueno para que nos demos
cuenta de algunas cosas. No hay excusas, somos responsables. No entendimos que
se jugaba en otra categoría. Hoy empezó el Nacional B, por la gente, por el
árbitro?".
El repunte en la campaña, además de estabilidad deportiva,
les trajo a los Rojos cierta calma institucional. No es que haya disminuido el
malestar de los opositores y de buena parte de los socios con la comisión
directiva encabezada por Javier Cantero, pero, por lo menos, en los últimos
tiempos se habla mucho más de fútbol que de los tumultos. Y, por cómo estaba la
cosa, de ninguna manera es poco.
Fuente La Nación

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