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lunes, 2 de septiembre de 2013

Cada día más Rojo




Tristeza de Independiente, en la cara de Montenegro.

Por Federico Rozenbaum
En el debut de Omar De Felippe, Independiente sigue sin poder arañar su primer triunfo en la B Nacional. Le costó ser profundo contra la Lepra de Mendoza y quedó a 12 del puntero. Ay...
No cambia, no reacciona, no despierta.
Independiente sigue en la misma dinámica de los últimos tiempos. O sea, juega mal, no tiene fútbol, se choca contra sus propias limitaciones, no suma, sufre... Es tan grande su pesar que ni siquiera le puede ganar a otro Independiente, el de Mendoza. Tampoco es capaz de asimilar la inyección anímica de su nuevo entrenador, Omar De Felippe. Y entre tantas malas, quedó a 12 puntos de Defensa y Justicia.

Casi sin tiempo para tocar el chip del funcionamiento, el comienzo de De Felippe fue la continuidad de lo que se había visto en las primeras fechas con Brindisi. La incapacidad de Independiente para ser profundo, para dominar al rival, para tocar y para sorprender es mucho más preocupante que lo que dice la tabla de posiciones. El torneo es largo. Pero la paciencia del hincha, no.

Zapata no llega al fondo. Mancuello se encierra. Los centrales Tula y Morel dividen en cada salida desde el fondo. Rolfi no aparece. En fin, hay un equipo que todavía no es un equipo. Y hay jugadores que no logran superar los vaivenes desde sus rendimientos individuales.

El otro Independiente, entonces, jugó con esa desesperación de media Avellaneda. Y así, de a poco, encontró huecos a las espaldas de Villalba, se encerró bien para intentar alguna contra, pero nunca se terminó de animar a ir a fondo.

Sin progresar ni abrir la cancha desde el toque, los ataques de Independiente fueron llamados para algún voluntarioso que lograse darse vuelta ante la defensa rival. Lo hizo Menéndez en dos ocasiones en el primer tiempo, en dos remates de media distancia. Fueron las únicas llegadas hasta otro atrevimiento de Fernández. En el segundo tiempo volvió a apostar a la media distancia. Sorprendió con un centro atrás al cabo de una buena jugada de Montenegro y Zapata, pero no había nadie para empujarla.

Al final fue todo fricción, más choques de cabeza, empujones, los gritos de los hinchas... Muy lejos de lo que se esperaba. Por eso tendrá que   trabajar demasiado De Felippe para cambiar esta realidad. Una realidad que está en rojo. Se viene Huracán. ¿Será el despegue?

Fuente Olé

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