Leonel vivió un clásico de Avellaneda muy especial, el
cual coronó con su primer gol en la máxima categoría.
Con la confianza del Tolo Gallego se afianza en el equipo y se ilusiona con pelear el campeonato.
Con la confianza del Tolo Gallego se afianza en el equipo y se ilusiona con pelear el campeonato.
Leonel Miranda fue el héroe de Avellaneda en el clásico
frente a Racing y en el día después de un triunfo trascendental, con un gol de
su puño y letra, se dio una vuelta por DIARIO POPULAR para repasar lo vivido en
el Libertadores de América.
El insomnio lo afectó. No fue fácil pegar un ojo
después del estiletazo que le provocó a Saja una herida mortal, el loco festejo
y la adrenalina que significó quedarse con el clásico de Avellaneda.
"Los nervios de jugar un clásico te deja un cansancio mental importante. Uno espera estos partidos todo el año porque querés jugar ya que te podes mostrar y utilizar como vidriera. Y más si podes marcar como me pasó" reconoce Lolo en el inicio de la charla.
"Los nervios de jugar un clásico te deja un cansancio mental importante. Uno espera estos partidos todo el año porque querés jugar ya que te podes mostrar y utilizar como vidriera. Y más si podes marcar como me pasó" reconoce Lolo en el inicio de la charla.
Con la humildad de por medio el chico de Avellaneda,
quien fuera descubierto por Bochini, recordó la jugada del gol
"Primero me la da Fredes pero quiero gambetear y pierdo con Camoranesi. Una vez más la gana Hernán con el cuerpo y quiere meter un pase entre líneas por arriba y ahí rechaza Ortiz. Cuando veo que pica me queda en el muslo por lo que la acomodo y le pego. No lo pude gritar hasta que entró porque Saja es muy bueno".
"Primero me la da Fredes pero quiero gambetear y pierdo con Camoranesi. Una vez más la gana Hernán con el cuerpo y quiere meter un pase entre líneas por arriba y ahí rechaza Ortiz. Cuando veo que pica me queda en el muslo por lo que la acomodo y le pego. No lo pude gritar hasta que entró porque Saja es muy bueno".
El juvenil hijo de Cristina y Pablo y hermano de Brisa
(6) y Lara (13) confió que "la imagen de mi familia fue la primera que se
me vino a la mente. Y después como hincha se me vino la gente y los
festejos". Y ojo que como hincha también recuerda haber gritado "el
de Farías en La Bombonera y el de Parra desde el piso en la Sudamericana.
Imaginé mucho meter un gol y es un orgullo poder marcarlo en un clásico".
Además remató de sobrepique "me gusta jugar contra Racing y siempre
meterle goles (en inferiores hasta uno olímpico le hizo). A los chicos les dije
que iba a meter un gol y por suerte se cumplió".
En su niñez en Villa Tranquila era uno de los más buscados
para los picaditos
"Tuve una infancia humilde con grandes amigos, esos de barrio que tienen códigos. Y jugábamos en canchitas como la de Pelo y la de Coca. Como sabían que estaba en Independiente por ahí una patadita se le escapaba. Pero me gustaba que me pegaran porque me sentí fuerte.
Después cuando entrené con la primera fue Tula el que me pegó primero, ja, ja derecho de piso. Pero me levanté rápido, no me gusta estar tirado y sé que no soy menos que nadie". El como el Rolfi, Battión y otros me aconsejan mucho.
"Tuve una infancia humilde con grandes amigos, esos de barrio que tienen códigos. Y jugábamos en canchitas como la de Pelo y la de Coca. Como sabían que estaba en Independiente por ahí una patadita se le escapaba. Pero me gustaba que me pegaran porque me sentí fuerte.
Después cuando entrené con la primera fue Tula el que me pegó primero, ja, ja derecho de piso. Pero me levanté rápido, no me gusta estar tirado y sé que no soy menos que nadie". El como el Rolfi, Battión y otros me aconsejan mucho.
No todo fue color de rosa en su carrera y por eso
señaló
"Sabía que no tenía que bajar los brazos y siempre darle para adelante. Siempre hay piedras en el camino. Cuando comencé no jugaba y tenía ganas de dejar. Tuve un gran técnico en inferiores como Berscé y gracias a él pude jugar. Incluso me afectó la separación de mis padres pero siempre tuve palabras de familiares que me aliviaron y me hicieron saber que nada estaba perdido. Hoy le agradezco al Tolo por la oportunidad y se que vamos a luchar pero sin dejar de mirar la tabla de promedios, no somos locos".
"Sabía que no tenía que bajar los brazos y siempre darle para adelante. Siempre hay piedras en el camino. Cuando comencé no jugaba y tenía ganas de dejar. Tuve un gran técnico en inferiores como Berscé y gracias a él pude jugar. Incluso me afectó la separación de mis padres pero siempre tuve palabras de familiares que me aliviaron y me hicieron saber que nada estaba perdido. Hoy le agradezco al Tolo por la oportunidad y se que vamos a luchar pero sin dejar de mirar la tabla de promedios, no somos locos".
Fuente Diario Popular
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