El colombiano se destacó ayer por su doble función.
Por Debora D’amato
Fabián Vargas marca y también juega.
Así, metiendo y
tirando caños, se convirtió en la gran figura del clásico.
Si hay un jugador que encaja perfectamente en el
concepto de “volante mixto” es Fabián Vargas.
Y ayer, justo en un partido tan
importante como es el clásico, volvió a confirmarlo.
El colombiano se destacó
por su combatividad, siempre listo para obstruir, bloquear, recuperar, hacer
los relevos... Pero también demostró que a la hora de jugar, también juega.
Y
muy bien. Cambios de frente, pases profundos, siempre claro para el pase seguro
y, además, un bonus track: un tremendo caño, pisando la pelota con la suela,
para dejar en el camino a Bolatti, típico volante de juego si los hay.
“Siempre sostengo que hay que pensar y jugar”, le
explicaba el colombiano, en la previa, a Olé .
Y Vargas, que suele meterse en
el roce por su estilo, mostró ayer su faceta más cerebral.
De hecho ya lo había
puesto en práctica en el partido contra Newell’s de la primera fecha. Como
tenía cuatro amarillas y no quería perderse el choque contra Racing, Fabián se
hizo amonestar y así cumplió la suspensión contra Vélez.
En el clásico fue
inteligente para moverse a sus costados, sobre todo para tapar hacia su derecha
en el primer tiempo, cuando Vietto se tiraba por esa banda.
En el segundo tiempo entregó muy bien la pelota, con
gran precisión, y no cometió ninguna infracción. Es más, recibió la más fuerte
de todo el partido: Vargas fue víctima de la impotencia de Villar, que en el
segundo tiempo vio la roja al dejarle marcado sus botines en la pierna.
Hasta ahora, Vargas es el mejor refuerzo de la
temporada.
Un volante completito.
Fuente Olé
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